Con los dramaturgos a carcajadas

GUADALAJARA, JALISCO (13/JUN/2012).- Se trata de que el texto dramático sea, por una vez, el protagonista de la obra. Que actores y directores contengan las emociones exacerbadas y se abstengan de “sacar las tripas”. De que funjan –más bien— como un puente entre el texto y la audiencia interesada en conocerlo.

La Décima Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea arrancó este lunes por la noche. La actividad creada por el actor y director Boris Schoemann hace diez años, se realiza por primera vez en Guadalajara, después de siete años consecutivos de celebrarse en la Ciudad de México y dos en Monterrey.

Más de cien personas ingresaron de manera gratuita al Foro  del Laboratorio de Arte Variedades (Larva) para escuchar la lectura Cuentos para dormir infantas (O la verdadera historia de la prima hermafrodita), una obra inédita del dramaturgo jalisciense Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, mejor conocido en el mundo del teatro como LEGOM.

“Mi autor preferido”, confesó Schoemann en el acto de inauguración es LEGOM “porque ha participado en este crecimiento de la dramaturgia mexicana contemporánea, que es una de las mejores del mundo”, afirmó el también traductor francés radicado en el país desde 1989.

A pesar de que en numerosas ocasiones LEGOM ha afirmado que odia el teatro y que no le gusta ver sus obras en escena, el autor radicado en Xalapa estuvo ahí para presenciar la manera en que Manuel Parra dirigió la lectura-espectáculo basada en su texto.

Señas de identidad

Su distintivo tono irónico, irreverencia y lenguaje “poético altisonante” –como lo llamó Schoemann— se manifestaron a través de las líneas leídas y semi-actuadas por los intérpretes Alejandro León y Alcides Zepeda.  “Si hay conciencias frágiles, mejor sálganse de una vez”, advirtió el director francés.

Después de las palabras de Schoemann, de Verónica López –directora de Larva— y Mario Cantú –dramaturgo regiomontano—, se bajaron las luces y aparecieron dos hombres al fondo del enorme Foro Larva. Lenta y sigilosamente,  se fueron acercando al escenario elevado en el que esperaban dos sillas vacías.

Tan sólo las miradas y gestos de extrañeza de estos personajes –uno greñudo, otro con una larga barba, ambos vestidos con traje casual— empezaron a provocar las risas del público, que se acentuaron una vez que inició el diálogo.

“Había un hombre enamorado de su prima hermafrodita”, dice uno de ellos sobre la historia que se dispone a contar; “era joven y lo había perdido todo”. El otro lo escucha con interés y recuerda después la historia de su abuela, quien tenía por encomienda tener sexo con todos los presos del pueblo que obtenían su libertad.

La conversación, discusión, disertación, el intercambio de recuerdos y –en ocasiones—el debate filosófico entre los dos hombres, continuó durante cerca de una hora y media. Las grotescas historias de pueblo y de familia, se acaban entrecruzando y apelan cada vez más a un diálogo del absurdo.

Los temas recurrentes de sexo explícito, sodomía, prostitución, infidelidad, apocalipsis, Dios, abuso infantil, fermentación, y claro, la prima hermafrodita –tratados con un humor ácido y frívolo— lograron provocar las carcajadas de los asistentes.

El encuentro sigue hasta el 16 de junio.

La dramaturgia contemporánea es hermafrodita. Pero también nada. Las etiquetas de lo femenino y de lo masculino se cayeron de los personajes o mejor dicho esas fronteras de género fueron borradas por los autores, así lo señalaron los mexicanos Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM) y Verónica Musalem y los franceses Luc Tartar y Françoise Thyrion, quienes participaron ayer en la primera mesa de discusión de la Décima Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea, que se lleva a cabo en el Laboratorio de Arte Variedades (Larva).  

“Como director o actor tienes que elegir y pensar en el cómo vas  tratar una dramaturgia tan abierta”,  expresó  Boris Schoemann, el moderador de la mesa “La hermafrodita escritura contemporánea”.  El director de escena y actor francés, radicado en México, destacó que este tipo de obras implican un reto cuando se planea llevarlas a escena porque hay sumergirse y decidir entre una de las múltiples posibilidades  que ofrece el texto.

Para Boris Schoemann, esas obras les permiten a los directores imaginar cómo suceden las acciones, así que es “el texto dramático el que nos lleva y no tanto la película del autor”.

La dramaturga francesa Françoise Thyrion comentó que cuando los autores  crean papeles de hombres y de mujeres necesitan ponerse en “la piel de ambos. Tenemos ambos sexos en la cabeza.  Y eso es muy importante”.  

Tampoco, agregó, hay autores femeninos o masculinos: “Hay, simplemente, autores”. La creadora del texto Molière por ella misma señaló que la sociedad es la que obliga a definir un rol: hombre o mujer. “¿Pero somos realmente un hombre o una mujer?, preguntó Thyrion a la veintena de asistentes a la charla.  Silencio. No hubo respuesta.

Por su parte, la mexicana Verónica Musalem llegó a la misma conclusión, pero a partir de la ópera, donde existe el coro, un ente unisex, que puede representar a la sociedad.  Dijo que le molesta que se le defina como una autora de universos femeninos. “Me choca eso”.  Y afirmó: “Hablo de todo. Creo que, en el teatro de hoy, cada vez nos acercamos a este rompimiento de quién es el que habla y cuál es el género”.

Para el francés Luc Tartar también es importante las formas corales, que ya esas cuentan la historia. “Claro que me preguntó quién habla cuando escribo, pero decido seguir, no responderme. Dejó eso a los equipos, directores y actores, ellos lo van resolver”.

Musalem consideró que las barreras entre el hombre y la mujer no están definidas. De ahí, la necesidad de indagar en las voces de los personajes.

Adiós a los guiones

Para el dramaturgo LEGOM, autor de Cuentos para dormir infantas (o la verdadera historia de la prima hermafrodita) y De bestias criaturas y perras, es importante poner en duda el teatro. Las cosas están claras para él y dijo que si el frasco, que contiene al personaje, es trasparente no son necesarias las etiquetas.

“Un día, me di cuenta que estaban demás los guiones  -los que especifican el dialogo- porque no ayudan a la lectura. Lo interesante es la fluidez. Tardé años en darme cuenta de que lo interesante es promover el juego escénico desde el texto”, explicó LEGOM.

“Al teatro no lo hace el diálogo. Y no tiene que estar clara la convención teatral para ser teatro”, expresó el dramaturgo mexicano. En este punto, Boris Schoemann señaló que los autores ya no acotan, decisión que puede llevar a errores “graves en la lectura” porque no hay entendimiento de los textos dramáticos novedosos.  

Y ahora, la tarea de los creadores es hacerse preguntas porque ya no hay pistas o señalamientos. A lo anterior,  LEGOM respondió que se necesitan pantalones para decidir y las acotaciones no son su área: “La mía es la poesía. Entre más acote menos posibilidades doy para que se juegue con el texto”.

Borrar esas acotaciones no sólo da libertad, sino que disminuye la autoridad del dramaturgo.  LEGOM recordó que el teatro es un asunto de la democracia.

Sin etiquetas de género, en los textos contemporáneos

Con ustedes... LEGOM

Luis Enrique Gómez Monasterio (LEGOM) no necesita de presentaciones en los terrenos del teatro. Sus obras son conocidas por los directores  y por los actores, incluso por el público. En la ciudad, los textos Perros hinchados a la orilla de la carretera y De bestias, criaturas y perras llegaron a los escenarios. Pero, en pocas ocasiones se le puede escuchar y ayer habló mucho sobre su trabajo como dramaturgo.  

La Décima Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea, que se lleva a cabo en la ciudad,  presentó ayer a este creador en la mesa titulada “Conociendo a LEGOM”.

En público, LEGOM es irónico, sobretodo, ante los halagos. Recordó que comenzó a escribir porque tenía una teoría: la dramaturgia en México era muy mala, por lo cual tenía posibilidades de ganar concursos y echarse un dinero a la bolsa. Su comentario provocó la risa de los asistentes, más de una veintena, pero también hay desconfianza porque la obra del tapatío se ha traducido a varios idiomas y puesto en escena en foros internacionales.

Presume que sus obras, la mayoría, le llevan una noche de escritura, y casi no corrige. Después, señaló que sí vuelve a los textos, pero trata de no hacerlo inmediatamente, prefiere tomar distancia y luego volver.

En la mesa, LEGOM –como se le conoce en el medio- estuvo acompañado por la dramaturga Françoise Thyrion, quien llevó a escena, en Francia, De bestias, criaturas y perras; y por el director Boris Schoemann, quien también ha montado los textos del autor.

LEGOM escribe para “un lector que me conoce”: sus amigos y “si mis obras se montan es un accidente”, afirmó, pero el público sabe que no es así. No hay casualidades en la trayectoria del tapatío, sino un lenguaje contemporáneo que convence a los creadores escénicos.   

AGENDA
Hoy y mañana

Miércoles 13  

13:00 hrs. Encuentro “Conociendo a Luc Tartar”. Salón Larva.

18:30 hrs. Lectura En griego regreso se dice nostos, de Luis Santillán. Teatro Experimental.

20:30 hrs. Lectura Los niños sacrificados, de Françoise Thyrion. Dirige: Miguel Lugo. Foro Larva.

Jueves 14 de junio

10:00 hrs. Mesa “¿Qué cabe dentro de la dramaturgia contemporánea?”. Salón Larva.

18:30 hrs. Lectura Un soldado en cada hijo, de Luis Mario Moncada. Dirige: Copatzin Borbón. Foro Larva.

20:30 hrs. Lectura Las hierbas malas, de Jasmine Dubé. Dirige: Daniela Casillas. Foro Larva.