GUADALAJARA, JALISCO (06/AGO/2016).- Ciudadanos de varios países, reunidos en la plataforma Pokemonsfreezone.com pidieron al presidente de Nintendo, Tatsumi Kimishina, habilitar espacios libres de pokemones, en especial los lugares considerados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, además de los hospitales, escuelas, templos o instalaciones para la seguridad.Alertaron sobre el peligro que representa ver personas jugando Pokémon Go en una instalación nuclear, un asilo, un cementerio o en la rampa de acceso a las urgencias de un hospital, o en lugares que son considerados patrimonio cultural de la humanidad, y que pudieran sufrir daños debido a la visita masiva de los jugadores.“En Pokemonsfreezone.com somos conscientes de que la mayoría juega de forma adecuada. Pero también somos conscientes de que todos ellos, los jugadores más maduros y los menos, juegan un juego que fue diseñado para ser jugado de una determinada manera”.En opinión de esta comunidad, surgida de la iniciativa de una empresa española llamada Sociedad Geográfica de las Indias que pretende proteger el Patrimonio de la Humanidad, Nintendo puede modificar el juego mejorando la experiencia de todos aquellos que no son jugadores o de aquellos interesados en preservar, como hasta ahora, los sitios que tienen una gran carga simbólica e histórica. “Es por ello que le animamos a dar un paso más y apelamos a que ejercite su responsabilidad limitando el juego en determinadas zonas del planeta”.El objetivo, abundaron, es proteger algunos espacios considerados “sagrados” durante cientos o miles de años como el Taj Mahal, las cataratas de Iguazú, Petra, o el Monte Fuji, además de aquellos lugares útiles para la humanidad en aspectos como el sanitario, el educativo o el de la seguridad.Para Pokemonsfreezone.com es necesario tratar de protegernos de una moda que puede alterar un consenso de sentido común al que tardamos generaciones en llegar. “Queramos o no, somos herederos de ese consenso. Y lo que hagamos ahora, será lo que mereceremos pasado mañana”.Esto luego de que la fiebre desatada por el juego llevara a sus jugadores a buscar pokemones en sitios insospechados, como monumentos o museos. Un caso particular es el Museo del Holocausto en Washington, que pidió a quienes lo visiten que no jueguen en sus espacios, por respeto al memorial.