Cecilia Rébora: mantener una voz propia

GUADALAJARA, JALISCO (13/OCT/2011).- Dos estudios, dos fuentes de inspiración, un librero con sus trabajos, un libro que la hace sufrir, un nuevo estilo y varias historias encajonadas son algunas de las cosas que posee Cecilia Rébora (Guadalajara, 1973),  quien es la ganadora de la segunda edición del Catálogo Iberoamericano de Ilustración, convocado por Ediciones SM que se presentará  el 27 de noviembre en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Es casi mediodía. Y Cecilia Rébora ya lleva puesto el mandil, ése que indica que trabaja con pintura, pues hay un libro de poesía por ilustrar. Su computadora está abierta y suena una canción de Gustavo Cerati, mientras en la habitación contigua se escuchan las voces de niños que juegan.  

Los pequeños son los hijos de la tapatía, quien reconoce que ellos son una fuente de inspiración para sus libros escritos por ella, esos que ahora están encajonados, pues desde hace 11 años sólo ilustra las historias de otros. Entre los planes de Cecilia Rébora destaca el dedicarse de tiempo completo a sus historias, a escribirlas y a ilustrarlas.

Entre las historias encajonadas sobresalen la de un cocodrilo que desea formar su banda con la ayuda de sus vecinos, cómo es un día negro para un niño y los niños que guardan su mundo en una mochila.  

Ahora en la ilustración tiene claros sus pasos, pero no siempre fue así. A los 18 años se enfrentó a la decisión más difícil de su vida: elegir una carrera universitaria. Las artes plásticas no eran una opción porque dos de sus hermanos son pintores  y otro más escultor, entonces optó  por la arquitectura, la cual abandonó porque le parecía muy aburrida. No sería lo mismo ser arquitecta que estar casada con uno.

 Cecilia Rébora tuvo que tocar puertas con su portafolio  durante tres años hasta que consiguió ilustrar su primer libro, Aquí viene Lucas, de SM Editores. Ahora no es así, ella le ha dado vida a infinidad de personajes en distintos títulos.

— ¿Qué tipo de historias le interesan contar?  

— Las que hablan de las inquietudes que tienen los niños. Es muy chistoso porque  antes me cuestionaba si el tener hijos me ayudaría en mi carrera, no, bueno… es una fuente completa de inspiración porque en las noches es una obligación contarles un libro, si no mía, de ellos, porque me obligan. A veces digo: ‘vean tele por favor porque todo el día es ‘cuéntame otro libro’, ‘cuéntame otro libro’, ‘cuéntame otro libro’, ‘cuéntame otra historia e invéntate una’. Luego te vas dando cuenta de las preguntas que te hacen, encuentras un mundo extenso, creo que les puedes abrir los ojos al mundo a través de las historias y a través de las historias con los animales se pueden despegar de ellos y entender mejor.

Hace un año murió mi padre, entonces mi hijo, de cuatro años, me preguntaba qué es la muerte y a dónde se va, entonces encontré un libro que habla sobre la muerte pero a través de una ardilla. Me gustaría poder hablar de todo eso.

— ¿Cómo es su proceso para trabajar sus personajes?

— Es muy intuitivo. El proceso en mi caso es: veo el papel y me voy directo. De ahí rompo, me cuesta mucho trabajo los bocetos, no sé bocetear. Mi mayor problema con mis editores es que me piden bocetos, pero a mí la palabra boceto me da pavor, yo prefiero romper originales y tirarlos a la basura  porque voy cambiando mucho.

— ¿Es importante mantener el estilo?

— No. Lo importante es mantener una voz propia. Esto del catálogo Iberoamericano a mí me viene en buen momento porque yo cambié completamente de estilo, hacía acrílicos y llegó un momento en el que ya me estaba aburriendo y ya no me daba mucho más.

Mi hermana Ana Luisa, un día me dijo ven a trabajar en la prensa de grabado para hacer monotias y le cambies de técnica y de estilo. Fui y me encantó. Es una voz nueva completamente y una forma de hacer las cosas mucho más libre, ahorita estoy feliz.  Estoy como volviendo a empezar.

El año pasado llevé a la FIL –las ilustraciones- con los editores y se sorprendía porque cambié mucho y me ha costado trabajo porque la gente me conocía por lo que hacía antes y ahora estoy como ilustradora nueva.

PARA SABER
Recorrer el continente

Las obras seleccionadas para el Catálogo Iberoamericano de Ilustración se exponen y viajan a distintas ciudades dentro y fuera del país.  Además del trabajo de Cecilia Rébora, el jurado decidió otorgar cinco menciones a los ilustradores: Fabricio Vanden Broeck, Gerardo Suzan Prone, Nora  Adriana Millan Jaramillo y Enrique Torralba de México; además de Beatriz Martín Terceño de  España.