Domingo, 24 de Noviembre 2024
Cultura | En un ameno encuentro con su públco, los escritores charlaron acerca del periodismo

Caparrós y Villoro: dos amigos que juegan con pases cortos

En un ameno encuentro con su públco, los escritores charlaron acerca del periodismo y su papel

Por: EL INFORMADOR

Villoro afirma que el periodista debe tener curiosidad dispersa, esto para salirse de la zona en que normalmente se desenvuelve.ARCHIVO  /

Villoro afirma que el periodista debe tener curiosidad dispersa, esto para salirse de la zona en que normalmente se desenvuelve.ARCHIVO /

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2012).- Para entenderlos, hay que equipararlos con un partido de futbol. Juan Villoro y Martín Caparros son de esas pocas estrellas que no se envician con el balón. Lo toman, hacen una jugada de fantasía, e inmediatamente lo tocan al hueco para que el otro haga lo propio.

Todo sobre una tarima. El salón Enrique González Martínez fue un estadio medio vacío... o medio lleno, pues. Pero de igual manera el partido no dejó a desear.

Juan Pablo Meneses se quedó en la banca. Fue como el jugador que se asomaba al campo para motivar a sus compañeros. Estaba ahí para separar a los dos jugadores principales.

El balón fue la crónica. Villoro lo tomó con el pecho y lo bajó afirmando que el periodista debe tener una curiosidad dispersa, suficiente para salirse de la zona en la que normalmente juega y cruzar otro tipo de información para llegar -el ejemplo era obligado- a sucesos como el de Enrique Peña Nieto del año pasado, que con una pregunta de cultura en un ambiente político dio la nota.

Rápido soltó el esférico y lo pasó con delicadeza a Caparrós, quien es el jugador irreverente que no piensa en elegancia cuando pelotea. El argentino lo dominó mientras decía que historias como las que Villoro escribe le importan tres carajos, pero están tan bien hechas que las lee de principio a fin.

No quiso saber nada más del balón y se lo regresó al mexicano. No le quedó de otra y éste trotó con él, paseándolo entre sus piernas y pensando en que el periodista tiene un contrato con la verdad y eso lo diferencia del novelista: lo verificable que resulta la historia.

Al fin ambos cronistas se unieron contra un equipo contrario llamado "periodismo de inmersión". Villoro burló rivales diciendo que un periodista no puede sentir lo mismo que un migrante cuando se adentra en la frontera, pues sabe que regresará en tres días, ¡y pum! ¡Pase largo a Caparrós!, el argentino bajó la pelota con maestría y fusiló la portería contrario argumentando que se gana más intimidad con la gente cuando no se le conoce, como cuando él se sentaba en un parque y las personas llegaban a contarle sus historias.

El partido pudo ser eterno, sin necesidad de tiempo extra. Meneses se asomó un par de veces desde la banca, porque había que dejar deslumbrar a unas de esas estrellas que no se engolosinan con el balón.

EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA

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