Califican a Francisco Toledo como un 'creador total'

CIUDAD DE MÉXICO (04/JUL/2012).- A propósito del cumpleaños número 72 del pintor mexicano Francisco Toledo, a celebrarse el 17 de julio próximo, la revista "Casa del Tiempo", editada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dedica un espacio para abordar las características de la obra del artista juchiteco.

Dotado de una sensibilidad única en el arte, Toledo, considerado el posible heredero natural de Rufino Tamayo, es calificado como un creador total, complejo y sutil en el artículo "La lección artística y estética de Francisco Toledo", de Miguel Ángel Muñoz.

En este artículo se dice que las creaciones del pintor son particularmente sensibles y reflejan su historia y tradición cultural. Cuadros, cerámicas, esculturas, grabados y dibujos están cargados de un discurso estético, que oscila entre la sorpresa y la libertad, se lee en el texto.

De una tensión, agrega, entre elementos gestuales y matéricos, que se mezclan con naturalidad, un toque en el que se conjugan cambio y permanencia, vértigo y quietud, haciendo que sus obras abarquen posibilidades inimaginables para la pintura mexicana.

Al hacer una comparación entre creaciones de Tamayo y Toledo, Muñoz manifiesta que en ambas se coincide con una atmósfera que se presenta, se representa y se filtra deliberadamente.

El tiempo, la memoria y la presencia histórica, estallan y confluyen en los trazos del creador mexicano, constituyendo así, arte como la depurada intensificación de la experiencia, como se refleja en los obras, "Mujer atada por peces" (1972), "Juárez embrujado" (1985) y "Muerte grillo" (1990), asegura el articulista.

Sus trazos, añade, no resultan en absoluto quietos, entre sus trabajos más recientes, una serie que aborda un texto de Franz Kafka (1883-1924), deja ver una sutileza cromática de la atmósfera, colores planos saturados, que en su obra han tenido un perfil definido, con negros, azules, oscuros, sienas, grises y blancos, que aparecen ahora más remarcados en sus gráficas.

Toledo se caracteriza por buscar continuamente un lenguaje propio, es singularidad de él encaminarse hacia la renovación, transgresión, exploración incansable de elementos clave que destacan su estilo.

Sus investigaciones de técnicas gráficas, que abarcan la serigrafía y la litografía, hasta sus múltiples experimentos con el aguafuerte, sobre zinc o plancha, la punta seca, el barniz blanco, el aguatinta a la cera, entre otras, demuestran se tendencia a alejarse de toda tradición artística de su tiempo, considera Muñoz.

Además las referencias de sus cuadros se manifiestan sensibles, conmovedores e inquietantes, como aligeradas sombras que acarician las superficies, partiendo de este estilo, es como si el pintor se hiciera simultáneamente clásico y romántico.

Muestra de ello es el cuadro "La caminante" (1989), que se marca un sentencioso laconismo, donde un hecho matérico tenebroso se cruza con la muerte en constante movimiento.

Es así como Toledo encarna el espíritu en la pintura, la mera naturaleza del arte, para él lo importante es que cualquier objeto pueda ser transformado. Con sus creaciones deja plasmada, la realidad y la memoria de un artista que no envejece porque no pierde el sentido de renovarse siempre, concluye el texto.