Apreciación del arte

En ocasiones anteriores, he insistido en la importancia de realizar catálogos de las exposiciones que se presentan en la ciudad. Algunos artistas buscan recursos para contar con este tipo de material que contribuye en la promoción de su obra, ya sea para su venta o exhibición en otros espacios. Publicar no es nada barato, sin embargo, vale la pena reconocer el esfuerzo de las autoridades cuando deciden hacerlo.

Labor inicial

Curar una exposición no es nada sencillo. El curador, figura poco conocida y menos aún reconocida en nuestro país, realiza una investigación en la que puede trabajar a lo largo de meses o hasta años. Documenta el tema o la obra del artista que estará en exhibición, reúne piezas que poseen creadores y coleccionistas sin importar dónde se encuentren, hace labor de convencimiento y consigue los elementos para presentar la información que el espectador se llevará a casa. Darle sentido a una muestra es algo complicado. El trabajo final se abre al público durante uno o dos meses, la gente recorre las salas museográficas en 30 minutos y todo lo realizado queda en el olvido cuando no se documenta.

Compromiso pendiente

Como instituciones locales, la Secretaría de Cultura y la Universidad de Guadalajara son las que cuentan con más presupuesto y espacio para este tipo de exposiciones. En algunos casos, producen muestras lo suficientemente dignas para trascender, pero que en pocas ocasiones lo hacen porque no salen de la ciudad. Se termina el tiempo de exhibición y quedan en el olvido. Curiosamente, las exposiciones que llegan de otros estados o países lo hacen acompañadas de un catálogo. Lo más probable es que a través de éste, el funcionario supo de la existencia de aquella exposición que decidió traer a la ciudad.

Firulais sobrevive

Por lo anterior, me parece de lo más loable que el Museo de la Ciudad (que depende del Ayuntamiento de Guadalajara) haya decidido publicar Firulais. Fragmentos Selectos de la Historia Reciente de Guadalajara. Esta exposición se quedó en la memoria de quienes acudimos y a través de este catálogo, tendremos la oportunidad de revisar una y otra vez el trabajo realizado por Cristián Silva con la colaboración de la familia de Federico Ochoa "Firuais" y artistas como Alejandro Colunga, Rubén Méndez, Juan Kraeppellin y Tomás López Rocha. Esperemos que este no haya sido un esfuerzo aislado de parte del recinto que dirige Patricia Urzúa, y que otras instituciones tomen esta acción como ejemplo.