Apreciación del arte

Las instituciones públicas también se hacen de colecciones. Muchas de ellas son donaciones de artistas o coleccionistas que deciden regalar al pueblo lo que durante años produjeron o reunieron. Otras, son piezas que los gobiernos o las universidades adquieren. Es entonces cuando el arte se convierte en patrimonio de todos, cuando aquella pieza que vimos nos pertenece. Ya es responsabilidad de nosotros conocer la obra, estar al tanto de ella, exigir que nos la muestren y, sobre todo, cuidarla.

Universitarias

La Universidad de Guadalajara, como institución pública, ha hecho su trabajo al lograr un patrimonio importante que se reúne en el edificio de la Rectoría General, donde se encuentra El hombre pentafásico de José Clemente Orozco, y el Museo de las Artes, que cuenta con una colección integrada por artistas contemporáneos de Jalisco. Además, en diferentes campus se pueden localizar murales, así como esculturas monumentales. Mención aparte merece el Centro Universitario de la Costa Sur, que en Autlán de la Grana ha creado el Premio "José Atanasio Monroy" y que a través de adquisiciones ya conformó, poco a poco, una colección que con el tiempo crece en piezas y en valor.

Gubernamentales

El Gobierno del Estado y los gobiernos municipales, por su parte, adquieren obra que posteriormente llega a convertirse en referencia y en identificación de cada ciudad o poblado. Además, muchos artistas han acostumbrado a heredar (bajo la supervisión de la familia) al pueblo su obra, como ha sucedido con José Clemente Orozco con sus caballetes resguardados por la Secretaría de Cultura, institución que cuenta con una colección importante que debería ser más expuesta. Así, los municipios deberían aprovechar las oportunidades para crear una colección capaz de otorgar identidad y representarlos ante el mundo.

De todos

Como en el caso del "Atanasio Monroy", otras instituciones se hacen de piezas a través de concursos. El caso más notable del Gobierno del Estado es el del Premio "Pantaleón Panduro" que ha logrado una colección de cerámica tradicional y contemporánea nacional e internacional. En su historia, el recinto que resguarda esta obra en Tlaquepaque no ha estado exento de problemas en cuanto a extravío de piezas, clasificación y otro tipo de descuidos, pero ahí es donde nosotros, como propietarios de estas colecciones, tenemos derecho de exigir que sean bien protegidas y, sobre todo, expuestas.