Analizan especialistas obra del surrealista René Magritte

CIUDAD DE MÉXICO.- Su relación con André Bretón, líder del movimiento surrealista; la interpretación semiótica de su obra, su analogía y su quehacer plástico en México, son algunos de los aspectos analizados por especialistas del artista belga René Magritte.  

Esto en el 'Coloquio Magritte', que se lleva a cabo hoy en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.  

Conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, la obra de Magritte (1898-1967) pretendía cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno.  

El estilo de este pintor, que quedó huérfano de madre a los 13 años de edad, se ubica en el género del 'realismo mágico', en cuyos cuadros son habituales los juegos de duplicaciones, ausencias y representaciones.  

De acuerdo con el historiador de arte e investigador Claude Goorman, este artista estableció una relación de amistad con el poeta y crítico francés André Bretón.  

En su ponencia 'Sobre una vida', el también investigador señaló que toda vez que se desarrolló el movimiento surrealista en Bruselas, se estableció una singular relación de admiración mutua entre ambos artistas, aunque los dos, de carácter enérgico, algunas veces se apoyaban y otras se contraponían.  

En tanto, la maestra en filosfía y doctora en Comunicación Social, Nicole Everaert-Desmedt, en su ponencia 'Ya no hay cosas ordinarias! Interpretación semiótica de la obra de René Magritte' destaca cómo las imágenes del belga llevan al espectador desde el mundo cotidiano, común y banal, al misterio.  

Magritte, explicó, siempre protestó contra toda interpretación simbólica de sus cuadros, puesto que ellos pretenden ser sólo una evocación del misterio. El decía que su pintura era una 'huella visible del pensamiento'.  

El espectador de un cuadro de Magritte, añadió, pasa a través de tres etapas en el proceso de interpretación de dicha obra,  primero, reconocimiento; luego, sorpresa; y por fin, liberación del pensamiento.  

En la primera, el artista belga representa en sus cuadros objetos familiares que forman parte de nuestra realidad cotidiana y que el espectador reconoce inmediatamente por su manera realista de pintar.  

En la segunda etapa, en el contexto del cuadro, ocurren sucesos que provocan la sorpresa del espectador y hacen perder a los objetos su identidad. Estos sucesos no son casuales, sino que siguen una lógica muy rigurosa. Así, el surrealista se aparta del automatismo recomendado por André Bretón.  

En la última etapa, los sucesos en el contexto del cuadro ocurren de tal forma que liberan el pensamiento del espectador, poniéndole en la vía del misterio o de la 'semejanza'.  

Para Magritte, misterio, semejanza y pensamiento son tres nociones vinculadas entre sí.  

En tanto, la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Teresa Conde, en su participación bajo el título 'Magritte ¿Analogías?', analiza la relación de este artista plástico con otras figuras del arte como el mismo Bretón, Louis Aragón, E.L. T. Mesens, así como su posible vínculo con el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein.  

Asimismo, aborda la correspondencia entre imágenes y palabras como elementos esenciales en el quehacer plástico del artista belga.  

Finalmente, el historiador de arte y director de los museos Reales de Bellas Artes de Bélgica y del Museo Magritte, Michel Draguet, hará su aportación bajo el título 'La problemática de la creación', en la que señala que a partir de 1933, el artista redefine la representación bajo una forma que no tiene intención de dar a ver las 'cosas' como certeras, puesto que son visibles.  

'Magritte hace de la imagen un escenario para la revisión de nuestras certezas para afirmar el destino filosófico de la pintura al desplegar en el espacio un cuestionamiento, cuya solución pasa por lo evidente. El problema de la lluvia, de la casa, del ave o el de la puerta', consideró.  

El coloquio se lleva a cabo a propósito de la exposición 'El mundo invisible de René Magrite', en la que se aprecia toda una retrospectiva del artista, a través de sus pinturas, dibujos, grabados, partituras, fotografías personales y filmes procedentes de 34 instituciones y que comprende 40 años de sus creaciones.  

La muestra, que está constituida en tres etapas (vanguardismo, surrealismo e ilustración) y que presenta alrededor de 150 objetos, que probablemente no se volverán a admirar en México, podrá ser visitada hasta el 11 de julio, en el Museo del Palacio de Bellas Artes.