Anacleto y Cascarrabias al rescate de la amistad

GUADALAJARA, JALISCO (01/DIC/2013).- Una obra llena de aventuras que parecen imposibles, de lugares algunas veces inalcanzables y de personajes improbables, pero cargada humor y en especial que subraya la amistad es la que se desarrolla en “El gran delirio de Anacleto y Cascarrabias”, un montaje teatral con títeres, presentado por el grupo Los Bufones, proveniente de Argentina.

Ante un foro de espectáculos de FIL Niños que mostraba un lleno, Marcelo Pablo Fernández, el escritor y titiritero de esta obra, comenzó interactuando con los pequeños que se dieron cita, para minutos después dar arranque a la historia.

Anacleto, un payaso de circo; y Cascarrabias, un extraterrestre que llegó a la Tierra, desde pequeños son un par de amigos que se encuentran navegando en el Mar Muerto. Ambos personajes son un poco despistados, lo que da pie a sus improbables aventuras que dan inicio en este punto.

El payaso Anacleto es secuestrado por un temible pirata, quien lo convierte en su esclavo; a partir de ahí Cascarrabias inicia una búsqueda para rescatar a su amigo, travesía que le hace pasar varias aventuras, desde naufragar hasta ser devorado por un enorme tiburón, ser rescatado en un hospital y después viajar en cohete a Marte, todo para encontrar a su amigo perdido.

Las aventuras transportan a los niños a los lugares que atraviesan los personajes, quienes, mientras se desarrolla la historia, interactúan con su público para ayudarse en conseguir su objetivo La obra está cargada de bastantes situaciones de comedia que son la delicia de chicos y grandes, que disfrutan esta historia que en voz de Marcelo está hecha para toda la familia.

La duración de la misma no pasa de los 40 minutos, tiempo que al transcurrir el relato se siente mucho menor dado el desarrollo fluido que tiene cada situación de la misma. En pocas palabras, este montaje es para disfrutarse de principio a fin, pues sus personajes plantean situaciones en las que el público se mantiene atento en todo momento.

La historia tuvo sus orígenes en el teatro callejero, Marcelo relata que "antes se hacía en la calle, la hacía en dúo y todo era más pequeño, ahora la hago solista y todo es más grande". El mismo Marcelo comenta que lejos de hacer su trabajo para los niños, el se enfoca en hacerlo para toda la familia, pues busca incluir elementos que capten la atención de los adultos, lo que le da ese toque de atención que busca obtener con su montaje.

Por ultimo, Marcelo dice que "(estar en la FIL) es una gran sensación, pues es un lugar al que vienes a ver libros y luego vas a un espectáculo y es doblemente placentero, pues es un público que viene a ver libros y no teatro, y en lo particular es gustoso ver eso, yo trabajo muy bien".

Son espectáculos como este el que mantiene cautivos y entretenidos a los pequeños que acuden a la FIL 2013, pero más que a ellos, es una experiencia completamente satisfactoria para toda la familia.

EL INFORMADOR / ALAN RODRÍGUEZ