GUADALAJARA, JALISCO (02/JUN/2017).- Del amor al sarcasmo. Del humor a la seriedad. Son tan solo algunos de los extremos que Jorge Ibargüengoitia propuso en su faceta como dramaturgo y es lo que la compañía teatral Ánima Escénica pretende llevar a la tarima con “El loco amor viene”, acto escrito por el fallecido dramaturgo guanajuatense.El montaje, que estará en el Teatro Experimental los fines de semana de junio, es dirigido por Karina Hurtado en colaboración con Avión de Papel; el elenco está formado por Azucena Evans, Andrés David y Carlos Hugo Hoeflich, además de contar con la escenografía e iluminación de Luis Manuel “El Mosco” Aguilar y música original de Luis Palacios.“Ibargüengoitia es un autor muy interesante, es fundamental en la literatura hispanoamericana y poco valorado y montado en el teatro. Es muy conocido por su narrativa pero no tanto por sus obras de teatro, que son muy divertidas, con un humor muy filoso. Es una puesta en escena muy divertida, creo que el público la encontrará muy grata”, explica Karina Hurtado al destacar que esta obra, parte del repertorio de Ánima Escénica, está enfocada a un público adolescente y adulto.Reflejo de la mexicanidadLa directora teatral señala que a través de los personajes de “El loco amor viene” con “Pedro el gigante” (Carlos Hoeflich), “Juan” (Andrés David) y “María” (Azucena Evans), el espectador se adentrará un triángulo amoroso caracterizado por la ironía, un humor sarcástico y diferentes perspectivas del amor.“Es un humor inteligente y certero pero que también tiene su complejidad. Es un triángulo amoroso con muchas cebollas y humor alrededor. Creo que Ibargüengoitia supo leer al mexicano y su forma de ver la vida, era gran crítico de la sociedad mexicana y la política en su tiempo y estos personajes representan muy bien a varios seres que habitan este país. Aunque la obra es de humor también hay reflexiones interesantes respecto a las relaciones, encuentros, traiciones”.Para Andrés David, el montaje dirigido por Karina Hurtado, representa un reto complejo desde su perspectiva como actor el poder mantener una fidelidad a la esencia de los personajes propuestos por Ibargüengoitia.“Eso se da una responsabilidad mayor con el espectador y a ti como artista. Es muy difícil manejar este tipo de comedias porque la gente tiene muy presenta la narrativa de Ibargüengoitia, todos tienen su idea de cómo debería ser, es muy diferente leer su obra y por otra parte verlo reflejado en escena”.AGÉNDALO“El loco amor viene”, dramaturgia de Jorge Ibargüengoitia, dirigido por Karina Hurtado de la compañía Ánima Escénica en el Teatro Experimental, ubicado en calzada Independencia Sur, junto al parque Agua Azul. Temporada del 9 al 24 de junio: viernes y sábados a las 20:00 horas y domingos a las 18:00 horas. Boletos: 90 pesos en preventa, 120 pesos acceso general y 100 pesos para estudiantes, maestro y adultos mayores.AQUÍ Y AHORAEl premio a lo mejor del teatroPor Iván González VegaMientras que en la Ciudad de México hay una animada polémica sobre la entrega de unos premios a lo mejor del teatro, en Guadalajara Cultura UDG repartirá los suyos en diciembre y la Muestra Estatal de Teatro entregará en septiembre los que, salvo ciertas excepciones, son su tradición anual. Todos ellos tienen muchas justificaciones, pero una común es que pretenden servir de anzuelo para atraer público; ojalá lo consigan.El teatro tapatío tiene años buscando ideas para atraer al público. Todo indica que no puede simplemente copiar la estrategia del teatro comercial, que con un nombre famoso o dinero para publicidad logra buenas taquillas: ni tiene ese dinero, ni tiene estrellas de telenovela a su disposición.A cambio, esta ciudad tiene numerosos ejemplos de quienes han comprendido que el teatro debe ir más allá de las taquillas. Llevan 10 o 20 años en busca de alternativas. Han picado piedra y metido la pata, pero gracias a ellos hay en Guadalajara colonias periféricas con su taller de teatro; escuelas públicas con funciones cada año; ciudadanos habitualmente ignorados que ven que alguien habla sobre ellos; titiriteros que reviven casas viejas como centros culturales; cirqueros que se consagran a un barrio; muchachos obstinados en hacer alianzas y circuitos artísticos; directores de “la metrópoli” que se van “al interior del estado” y descubren que el mundo se extiende más allá del Periférico; maestros de actuación que sacrifican una sala decente pero ganan un forito divertidísimo.Este obstinado trabajo ha parido, por ejemplo, a productores que saben diseñar presupuestos y fijar puntos de equilibrio. Y ha obligado a muchos —como la Muestra Estatal y Cultura UDG— a señalar nuevas cotas de calidad. Pero todavía hay artistas que confían solamente en sus brillantes ideas y su encanto, y luego se indignan porque el público prefiere pasar el fin de semana en las micheladas, el cine o el futbol… como si los tapatíos no tuviéramos ganado el derecho de hacer lo que se nos venga en gana con nuestro mundano tiempo libre.Son matemáticas de primaria: nadie tiene garantizado el negocio con las taquillas de una ciudad de poco público y oferta abundante. Si estos artistas, convencidos de la pertinencia de su arte, tan sólo aspiran a un ciclo laboral autosustentable, ¿no es su obligación entonces procurarse los públicos y el capital?Como sea, es cierto que en ese laberinto el público aún está lejos. Así que ojalá que los premios ayuden. Cualquier ayuda sirve. Mientras tanto, hay artistas tapatíos que trabajan con disciplina y rigor para llevar teatro hasta los espectadores que, además, podrían necesitarlo, en lugar de sentarse en los foros a esperar un milagro. Su estrategia es retar y respetar la inteligencia del espectador. Han descubierto que el público, así requerido, regresa al teatro, y paga su boleto. Y esas obras dan segundas y terceras temporadas. En esta ciudad, eso es el premio.ivan.gonzalez@informador.com.mxCartelera: agoragdl.com.mx
