Alumnos conocen el significado del Guernica

PARÍS, FRANCIA (18/JUN/2010).-  Alumnos de quinto de primaria se pusieron hoy en la piel del pintor español Pablo Picasso, y con sus bártulos y sus lienzos reprodujeron elementos del "Guernica" en el mismo taller de París en el que el artista ideó su célebre óleo sobre los horrores de la guerra.

El "atelier" del artista malagueño, un ático situado en el número 7 de la Rue des Grands Augustins del barrio parisino de Saint Michel, fue el escenario idílico para unos alumnos que, como Picasso en 1937, dejaron volar su creatividad artística inspirados por los universales símbolos del "Guernica".

Bajo la sombra de reproducciones de los bocetos que Picasso preparó para el cuadro sobre los bombardeos de Guernica, que se exponen en el taller, el cual casi no ha cambiado desde que el artista lo dejó en 1955, los niños del colegio Federico García Lorca de París, dependiente del Ministerio de Educación español, cambiaron la rutina escolar por una actividad cargada de simbolismo.

"Pretendo que sea una actividad muy lúdica, que comprendan el proceso de realización de una obra tan compleja como el Guernica, el significado que tiene, y cómo un artista piensa al realizarla", explicó a Efe el pintor y maestro de ceremonias de esta actividad, Pepe Agost.

Se trata de un acto enmarcado dentro de las celebraciones del "Día E" junto con las jornadas culturales organizadas por el Instituto Cervantes de París que se desarrollarán mañana, sábado, y que en esta ocasión contó con la ayuda de la Comisión Nacional para la Creación Artística francesa (CNEA).

Los alumnos siguieron el mismo proceso de creación que Picasso, empezando por los bocetos y acabando con un mural de dimensiones sensiblemente más reducidas que el auténtico "Guernica", aunque sin ningún tipo de restricción ni necesidad de ceñirse al original.

"Todo tiene relación con la guerra, la desolación, la muerte. Por eso trabajamos en blanco y negro, como hizo Picasso, y ahora vamos a intentar hacer una obra con las aportaciones e ideas de los alumnos en la que, quizás haya los mismos elementos o quizás no", indicó Agost.

Así, la madre con el hijo muerto que aparece en el cuadro original sigue siendo la misma en la versión del escolar Álvaro, aunque en su adaptación tiene las manos amputadas, "no sabemos si por vago, o si porque quiere expresar aún más el dolor", explicó el profesor cuando lo presentaba ante el resto de alumnos.

Álvaro y Paula no dudaron en calificar este día distinto como "genial" y "muy divertido", si bien descartaron dedicarse al mundo de la pintura al tener otras prioridades, como la arquitectura.

Fue un gozo para los pequeños, inmersos como nunca en sus dibujos, algo que dejó sorprendido al director de la escuela que no daba crédito por el alto nivel de concentración de algunos de sus alumnos más rebeldes y traviesos.

Y es que los escolares venían al taller, un emplazamiento aún con mucho encanto y en el que se respiran aires bohemios, con la lección bien aprendida, gracias a una sesión previa informativa sobre el cuadro más famoso de Picasso, a cargo de sus profesores.

Aprendieron que el "Guernica" se trata de una obra que el artista malagueño pintó entre mayo y julio de 1937 en ese mismo estudio, por encargo del Gobierno de la República, y que se mostró después en la Exposición Universal de París para ilustrar la barbarie de la guerra.

Al cuadro aún le quedaría un largo camino por recorrer hasta que pudiera verse en España. Tuvo que pasar primero por Londres, Liverpool y Leeds para recaudar fondos para la causa republicana, y después con su largo exilio en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), desde donde protagonizó escapadas a medio mundo.

No fue hasta 1981 cuando visitó España por primera vez, terminadas cuatro décadas de franquismo, para asentarse en el Museo del Prado, antes de su traslado a su actual emplazamiento, el Reina Sofía.

Más de 70 años después de su nacimiento, el "Guernica" sigue aglomerando nuevos seguidores, entre ellos, unos cuantos colegiales privilegiados que han podido diseñar sus bocetos entre los mismos suelos y techos en los que trabajó el propio Picasso.