Martes, 26 de Noviembre 2024
Cultura | El escritor y director de cine describe su mundo

Alberto Fuguet habita en un dramedia

El autor presenta este jueves la reedición de Mala onda y habla de su reciente libro: Cinépata

Por: EL INFORMADOR

El escritor y director de cine, Alberto Fuguet.  /

El escritor y director de cine, Alberto Fuguet. /

GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2012).-  El escritor y director de cine, Alberto Fuguet (Chile, 1964), ve la vida como una película y cuando las cosas no salen como en el cine, se decepciona. Tal vez por eso, su vida podría etiquetarse dentro del género dramedia, drama con comedia.

El director de Música campesina, cinta que se proyectó el pasado domingo en el Cineforo de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y autor de Tinta roja es parte de la delegación del país invitado a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Chile. Este jueves, a las 19:00 horas, en el Salón Mariano Azuela, presenta la redición de Mala onda, la novela que escribió cuando tenía 25 años y que le llevó a la escena editorial, y hablará de su reciente libro: Cinépata, editado por el sello Alfaguara

Cinépata muestra una de las obsesiones de Alberto: el cine y sus mundos, o sólo uno: el planeta Fuguet, un universo de lo masculino, compuesto por palabras como confuso.Para el chileno, hay un nuevo universo masculino, donde “el hombre pasó de ser el más importante, al menos importante”.

Explica que ahora se presenta al hombre como el que no sabe ni es capaz, y este tema le parece interesante para llevarlo a la pantalla o al papel.

-¿Cuál es el mundo, cine o literatura, en el que se mueve mejor?

No es que me mueva mejor, lo paso mejor con el cine, por ejemplo, me parece más divertido un festival de cine que una feria del libro.

-¿Por qué?

-Son más honestos. Digamos que yo te conozco en el avión, rumbo al festival, y tú me caes bien, entonces, veo tu película y me parece una mierda, después no te hablo o te hablo, pero sé qué puntos calzas, como se dice en Chile. En los libros, como hay tantos y te presentan a miles de escritores, uno no es capaz de leer miles de libros, sobre todo en esas 12 horas en las que uno está con la persona.

Uno va a una presentación de un libro o a una charla y el escritor te puede parecer encantador y el libro puede ser un ladrillo; en cambio en un festival de cine, ves la película e inmediato puedes decir: ‘oye, me encantó’ o te vas y te metes al baño. Ésa es la diferencia entre los festivales de cine y las ferias del libro: la inmediatez. Incluso, otra diferencia tiene que ver con el proceso de hacer cine. Muchas veces, en los festivales uno está acompañado por el actor o el productor, uno es más plural, y uno puede hablar, cuando está en una entrevista o presentando una película, en plural sin caer en lo esquizofrénico.

-¿Son distintos los temas que aborda en el cine con los de los libros? ¿Cuáles son?

-A mí no me interesa dividir, no es que yo toque temas en las películas que no podría o no quiero tocar en los libros. No es que haga películas de kárate y por otro lado libros como Mala onda. Por ejemplo, Música campesina, salió mi cercano a mí y los dos libros tienen que ver con el mismo tema. Creo que hay gente que podría querer usar el cine para tocar ciertos temas y los libros para otros, a mí me interesa sólo tocar un tema, que tengo 100% claro: planeta Fuguet.

-¿Cuáles son las palabras que habitan en su mundo?


-Cidio, dañado, perdido, confuso, confundido, masculino…

-Estas palabras tienen que ver con cualidades negativas. ¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta? ¿Esa idea puede trasladarse al mundo de su cine o de sus libros?

-Hay que separar la vida real y de la vía ficticia. No me siento tan dañado ni tan perdido, ni tan infeliz, tampoco me siento super feliz, ahora que yo he tenido momentos de plenitud, de felicidad, creo que puedo estar tranquilo porque he tenido algunos, curiosamente algunos han sido filmando, me he sentido extremadamente feliz, y no necesariamente filmando cosas felices. A mí, me parece que la felicidad también es difícil de manejar, está muy cerca de la tarjeta o del comercial: destapa una gaseosa y sé feliz. Es muy difícil trabajar arte o drama, incluso, las comedias tienden a ser trágicas, alguien que está gordo, alguien a quién se le cayó, alguien que perdió todo es una tragedia. Pura felicidad, ¿qué haces con ese material?. Al final, muchas de las comedias románticas son un drama para conseguir al chico, lo consiguen -las protagonistas- y se besan, por eso terminan ahí porque no sabrían cómo continuar la película. ¿Qué haces con dos horas de felicidad?

-De dónde viene la palabra cinépata. ¿Hay espectadores patológicos?


-A mí, la gente que me interesa es la patológica, es un poco como chiste, pero todo chiste tiene algo de serio, (...), pero es pasión, obsesión. decir que me gusta el cine y voy al cine una vez al año o me gusta la literatura y sólo vengo a la feria, una vez al año, y compras un libro de autoayuda. No mientas.

¿Cómo surge el concepto –cinépata-? Podría ser cinéfilo

Cinéfilo es el concepto original, que es una palabra muy bonita, francesa, que es cinefils, hijo del cine, y se transformó en cinéfilo, en castellano. Pero cinépata viene del autor, con quien yo trabajé, que se llamaba Andrés Caicedo, se suicidó a los 25 años.


EL INFORMADOR / MAYRA TORRES DE LA O

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones