GUADALAJARA, JALISCO (17/NOV/2016).- A este reconocimiento lo han llamado “premio burgués”; alguien más no fue por él por padecer agorafobia… El hecho es que éste ha tenido que enfrentar algunos contratiempos; de hecho, ayer trascendió que el cantante de folk, Bob Dylan, no irá a recoger su Premio Nobel de Literatura a Estocolmo el próximo 10 de diciembre, porque tiene “otros compromisos”, anunció la Academia Sueca.La naturaleza de estos “compromisos” es un misterio, y el rechazo representa un giro respecto a sus declaraciones al “Daily Telegraph” a finales de octubre, cuando proyectaba asistir. “Por supuesto, sólo si es posible”, dijo entonces.Por lo pronto, la secretaria perpetua del galardón, Sara Danius, recordó el próximo vencimiento que tiene Dylan para enviar su discurso de agradecimiento del premio… ¿Lo hará? “No sabemos nada todavía”, dijo Danius.Esta no es la primera vez que la Academia Sueca y la Fundación Nobel viven una situación incómoda, basta recordar el caso de los escritores Doris Lessing y Harold Pinter, quienes no viajaron a causa de su delicado estado de salud, y el de Elfriede Jelinek, quien no asistió debido a la agorafobia — temor obsesivo ante los espacios abiertos— que padece.Uno de los casos más sonados fue el del filósofo francés Jean-Paul Sartre, quien rechazó el Premio Nobel de Literatura, en 1964, porque “consistentemente había declinado todos los honores oficiales”, señala en su página web el Premio Nobel. Además, lo consideraba un “premio burgués”.Por su parte, en 1958, el novelista y poeta moscovita Boris Pasternak fue nominado al Nobel de Literatura por “sus importantes logros tanto en la poesía lírica contemporánea como en el campo de la gran tradición épica rusa”. Pese a que inicialmente aceptó el honor, el autor de “Doctor Zhivago” fue obligado por las autoridades soviéticas a declinar el premio. ¿El motivo? Pensaban que (”Doctor Zhivago”) estaba en contra de la revolución y que retrataba al Estado soviético con una luz muy negativa.Otro caso extremo fue el que vivió la sociedad germana cuando Adolfo Hitler emitió un decreto en el que prohibía que cualquier ciudadano alemán recibiera el Premio Nobel, de acuerdo con la revista “Nature”, en su edición de febrero de 1937.Es así que Hitler le impidió al bioquímico, Richard Kuhn; al también bioquímico, Adolf Butenandt y al patólogo Gerhard Domagk acudir por su reconocimiento en la categoría de Química —los dos primeros— y de Medicina, el tercero. Años más tarde, los tres científicos recibieron el diploma y la medalla, pero no el dinero que incluye el premio.Desde el inicio fue complicadoLa Academia Sueca y la Fundación Nobel nunca se habían visto confrontadas a una situación así —la que están viviendo con Dylan—. De hecho, interrogada sobre el destino del cheque de ocho millones de coronas suecas (unos 870 mil dólares) en caso de que Bob Dylan no escriba ni su discurso de agradecimiento, Sara Danius respondió: “Eso no lo puedo decir”.Cabe señalar que Bob Dylan se mostró desde el principio un laureado un tanto particular al negarse a responder a las llamadas telefónicas del jurado que deseaba hablarle. Incluso, dejó que sus colaboradores se encargaran del tema.Dylan, cuyo verdadero nombre es Robert Allen Zimmerman es, a sus 75 años, uno de los cantantes y compositores más influyentes de la historia de la música. Es el primer cantautor que obtiene el prestigioso galardón, cuando los círculos literarios apostaban por escritores como Salman Rushdie, Adonis o Ngugi wa Thiong’o.