Cultura | Por: Martín Solares Adiós, Daniel La mayor diversión que podía imaginar consistía en sentarse en un sillón, si ubicado a la sombra mejor, ante un grupo de amigas y amigos e intercambiar historias y novedades Por: EL INFORMADOR 20 de noviembre de 2011 - 04:01 hs GUADALAJARA, JALISCO (20/NOV/2011).- Se levantaba todos los días mucho antes que sus preocupaciones. Si estaba inspirado o terminando un libro podía saltar de la cama a las cuatro y media de la madrugada y sentarse a trabajar hasta que amanecía, para luego empezar con las labores de subsistencia. No le interesaban el lujo ni el poder, aunque su prosa es un verdadero lujo, aunque nadie pueda escribir como él. Hasta donde se sabe, en vida sólo se jactó de su posesión más preciada: su método para escribir. A quienes asistieron a sus talleres les transmitió uno de los consejos más sencillos pero más valiosos: en la literatura no hay excusas, organiza tu vida de manera que puedas escribir todos los días al menos media cuartilla. Al cabo de una semana tienes palabras suficientes para redondear un cuento, al cabo de un mes una novela corta, al final del año podrías terminar una novela o un libro de cuentos. Porque cumplía con su vocación desde temprano tenía el resto del día para leer y reírse. Algunas de sus primeras novelas se escribieron con grandes dificultades económicas pero resultaron aciertos mayores: Una de dos, Albedrío. Su novela más ambiciosa se escribió durante 6 años, en medio de problemas personales y muchas mudanzas, pero sin perder el impulso ni la concentración: gracias a una mezcla exacta de sacrificio y diversión, las casi mil páginas de Porque parece mentira la verdad nunca se sabe están a la altura de libros tan logrados, libres y ambiciosos como Noticias del Imperio o El águila y la serpiente. Sus últimas dos novelas se concluyeron a pesar de la enfermedad, en condiciones heroicas: dictándole a su esposa y consejera literaria, la gran Adriana Jiménez, y sin perder el estilo. ¿Sobra decir que El lenguaje del juego, aún inédita, es extraordinaria? En apenas cien páginas, poco más que la extensión de Pedro Páramo, Sada nos legó su deslumbrante explicación personal de la violencia a la mexicana. La mayor diversión que podía imaginar consistía en sentarse en un sillón, si ubicado a la sombra mejor, ante un grupo de amigas y amigos e intercambiar historias y novedades: sus comentarios bromistas o maliciosos y los versos que intercalaba aquí y allá, provenientes de cualquiera de las tendencias literarias, mismos que él parecía tener al alcance de su memoria como frutas en un anaquel, marcaban la puntuación de la fiesta. En cuanto uno lo piensa dos veces, advierte que todos sus libros reproducen esta convicción: que la literatura la hace una voz que sale de lo oscuro, y busca contar hechos fascinantes en un estilo sin igual. Porque sabe a dónde va, y si no lo va inventando, esa voz tiene la obligación de examinar el español más antiguo y el que se habla en las calles, elegir lo que sea conveniente y con ello crear una historia, unos versos que nos sorprendan o hagan sonreír en los días más oscuros. Así escribió Daniel Sada. Temas Literatura Decesos personalidades del arte Daniel Sada Lee También Muere en Inglaterra John Alfred Tinniswood, el hombre más longevo del mundo Revelan cronología de Liam Payne del día de su muerte Amin Maalouf recibirá el "36 Premio Internacional Catalunya" ¿Liam Payne intentaba escapar del hotel antes de su caída mortal? Esto sabemos Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones