Más de 140 solicitudes de refugio fueron realizadas entre enero y agosto del presente año en Jalisco. Esto coloca al Estado como el octavo en el país donde más extranjeros han llevado a cabo el protocolo oficial para permanecer en México.La cifra, aunque pequeña en comparación con las que se registran en puntos como Chiapas y Ciudad de México, es muy superior a los indicadores registrados media década atrás, cuando en la Entidad apenas se dieron cuatro solicitudes de este tipo.En los últimos ocho años, Guadalajara se ha convertido en una ciudad de tránsito migrante debido a la creciente popularidad de la ruta de Occidente para llegar a Estados Unidos. Según el documento “Guadalajara, refugio de migrantes centroamericanos” hecho por académicas de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la vía Occidental era menos utilizada entre los migrantes porque implica una mayor distancia. Pero en tiempos recientes, los flujos migratorios han optado por ese recorrido debido a los peligros concentrados en los caminos del Oriente del país.El aumento en el flujo migratorio ha dado como resultado que las solicitudes de asilo también crezcan. A nivel nacional, este año 15 mil 544 personas han pedido residir en el país, según indica la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Este número es 12 veces superior a las casi mil 300 que se hicieron en 2013.Quienes más realizan estas solicitudes son de nacionalidad hondureña y venezolana, acorde con las crisis que se han vivido en años recientes en ambos países.Jorge Durand, experto en migración de la UdeG, expone que muchas personas del Centro y Sur del continente americano ven en México una oportunidad para mejorar su calidad de vida porque, aunque no hay una diferencia radical en los salarios de México respecto a otros países, aquí se cuenta con una infraestructura social y médica que no tienen otras regiones de Latinoamérica.Athenas viene desde Venezuela. Llegó a México junto con su esposo para tener aquí a su bebé, pues “con la situación de mi país no lo podía tener allí”. La llegada a otra nación fue una experiencia plagada de dificultades de todo tipo: no conocían a nadie, no tenían un techo dónde vivir y, con frecuencia, era difícil incluso conseguir algo para comer.“La situación se tornó muy difícil, muy complicada. No podíamos conseguir trabajo. Andábamos indocumentados, no teníamos información de nada”, explicó.No fue sino hasta que entró en contacto con Venemex, una asociación civil enfocada en apoyar a migrantes venezolanos a establecerse en México, cuando pudo ver avances en su proceso migratorio. Antes de eso, reconoce que desconocía cuál era la mejor manera de llevar su proceso migratorio para poder quedarse en el país. Hoy en día sigue a la espera de una resolución, aunque ya le fue posible encontrar un empleo para aliviar su situación.Christian llegó a Guadalajara, procedente de El Salvador, en 2003 para realizar sus estudios de maestría. Eventualmente consiguió un trabajo y formó una familia. Cada cinco años, Christian debe reportarse con el Instituto Nacional de Migración (INM). Cuenta que las visitas a las oficinas suelen implicar dificultades para quienes provienen del Sur. Esto, como Christian ha podido atestiguar en las ocasiones que ha acudido al Instituto, no sucede cuando se trata de otras nacionalidades. A su parecer, todo reside en el aspecto.“Estoy más que seguro que eso no es una política de Estado. Es una cuestión cultural”, contó. En su caso, vio su proceso acelerado cuando contrató ayuda legal.Christian y Athenas son tres de los millones de personas nacidas en el extranjero que actualmente radican en el país. Ambos coinciden en que la población mexicana suele ser abierta con los migrantes y que el trato que reciben es bueno. No obstante, sus experiencias con el sistema burocrático mexicano muestran una realidad no siempre accesible en la que, además, es fácil perderse cuando se encara sin asesoría.LA VOZ DEL EXPERTOJorge Durand (experto en fenómenos migratorios de la UdeG)El experto afirma que, aunque ha habido un aumento en el número de solicitudes de asilo y en el flujo de migrantes este año, las cifras no representan todavía una razón para pensar que el papel de México en el panorama migratorio cambie de país emisor a receptor en lo inmediato.“México no es un destino importante para los extranjeros”, explicó. “Lo que es un mal indicador. Cuando llegan extranjeros quiere decir que es un país interesante con desarrollo, oportunidades, negocios y posibilidades. Si no llegan extranjeros quiere decir todo lo contrario”.El académico explicó que las miles de personas que han pasado por el país en el último año no se comparan a los millones de migrantes mexicanos que radican en Estados Unidos (EU).Además, aclaró que la mayor parte busca llegar a EU porque es un destino más atractivo que México, pero que algunos deciden quedarse en este país tras encontrarse con una frontera cerrada en el Norte. En su opinión, el Gobierno mexicano debería aprovechar su posición y ver a la migración como una oportunidad.“Hay que verla como un elementos positivo. La llegada de inmigrantes indica que hay demanda de mano de obra y oportunidades de negocios, para formar empresas, para estudiar”.El campo y la creciente industria de berries en Jalisco es un ejemplo de áreas en donde se puede aprovechar la mano de obra migrante, de manera que la población extranjera y el país resulten beneficiados, concluyó.CLAVESCrisis. El hecho de que Honduras y Venezuela sean los países cuya población ha tramitado más solicitudes de asilo en México no es fortuito. Ambas naciones atraviesan por crisis políticas y sociales que han obligado a sus habitantes a buscar el futuro en el extranjero.Política. Tras la llegada de Nicolás Maduro al poder en Venezuela en 2013, y después de la muerte de Hugo Chávez, ese país ha atravesado por una etapa de tumulto social que llegó a un punto álgido en 2017, cuando una serie de manifestaciones en contra del mandatario provocaron la muerte de más de un centenar de personas. Además, el país vive una crisis económica, pues su moneda ha sufrido una inflación estratosférica que, se calcula, llegará a un millón por ciento al concluir el año.Dirigente. Por su parte, la crisis actual de Honduras va de la mano con el nombramiento de Juan Orlando Hernández como presidente en 2014. Un año después fue derogada una ley que evitaba que el mandatario hondureño se reeligiera, lo que permitió que Hernández hiciera lo propio a finales de 2017, en unas elecciones cuyos resultados no fueron revelados sino hasta después de los comicios.Protestas. El resultado electoral provocó que el candidato opositor, Salvador Nasralla, convocara a una serie de protestas que provocaron la muerte de al menos 31 personas, según datos de Amnistía Internacional. Esto, sumado a una violencia generalizada, poca confianza en las instituciones hondureñas y un alto índice de violaciones a los derechos humanos han instado a más de 14 mil hondureños a pedir asilo, principalmente en México y Estados Unidos.De las más de 14 mil solicitudes de asilo en México que se han hecho en 2018, el grupo más nutrido es el de hombres entre 15 y 35 años, pues una tercera parte de los procesos iniciados viene de varones en este rango de edad provenientes de Honduras, El Salvador y Venezuela.Dentro de los menores de edad se cuenta a quienes han salido de su país sin compañía de un adulto y, eventualmente, buscado asilo en México. De las 217 solicitudes hechas este año por niños, niñas y adolescentes no acompañados, 156 son de hombres, mientras que 61 corresponden a personas del sexo femenino.La violencia generalizada es el motivo que los migrantes suelen alegar para que México les sirva como refugio y no deseen retornar a sus países de origen. Según aclara la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en esta categoría se incluyen aquellas personas que fueron amenazadas, extorsionadas o a las que se intentó reclutar por parte de alguna pandilla.De la misma manera, se considera en este grupo a quienes atestiguaron algún acto de violencia por parte de grupos delictivos y cuya calidad de testigos pone en riesgo sus vidas.México sólo ha resuelto de manera positiva mil 231 de las solicitudes emitidas en el presente año. La mayor parte de las solicitudes (12 mil 452) no ha visto resolución. El resto ha sido negado o su proceso quedó en el abandono.En su reporte de tendencias globales de refugiados correspondiente al año 2017, la oficina el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señalaba una población de 19 mil personas en el país relacionados con este tema, entre refugiados, personas en espera de solicitud, individuos desprovistos de un Estado propio, y otras.A pesar de que el número de personas que busca asilo en México en los últimos años ha aumentado, sigue siendo mayor la cantidad de mexicanos que busca asilo en otros países. La ACNUR tiene registros de más de 85 mil connacionales que solicitan protección en el extranjero.