En la última década, los recursos federales aprobados para ciencia y tecnología van a la baja y se incumple con la promesa de destinar, al menos, 1% del Producto Interno Bruto (PIB) al gasto para la educación superior y la investigación científica, así como al desarrollo tecnológico y la innovación en las universidades públicas.Para 2021, el Congreso federal contempla 179 mil 257.1 millones de pesos. Esto representa menos que este año (179 mil 705.2 millones).Expertos lamentan que estas áreas se verán afectadas con la extinción de 109 fideicomisos. Del total, 65 fideicomisos son fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que suman 24 mil 956 millones. Otros 26 están relacionados con centros de investigación, con más de 785 millones.En 2018, México destinó a ciencia y tecnología un presupuesto equivalente al 0.41% del Producto Interno Bruto (PIB), según un análisis presentado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, con base en datos del Banco Mundial y del Programa de Desarrollo Humano 2019.Esto afecta el desarrollo humano, ya que según una teoría mundial, el desarrollo científico y tecnológico juega un papel relevante como factor del propio desarrollo de los países. Para comprobar lo anterior, se comparó el índice de desarrollo humano y se dio cuenta que dentro de los 11 países con los mayores valores de éste, están siete que destinan altos recursos a la investigación y desarrollo, con promedios superiores al 2% del PIB. Mientras que los países con menor desarrollo y de índice de desarrollo humano bajo o medio (menores a 0.634) destinan en general menos de 0.60% del PIB a ciencia y tecnología.En ese sentido, México, se situó en la posición 76 del índice de desarrollo humano.De acuerdo con el último análisis del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en 2016, México contaba con 0.7 investigadores de ciencia por cada mil habitantes, mientras que países como Singapur, Japón y Francia tenían 10. Comparado con países latinoamericanos, nuestro país está por debajo de Argentina y Brasil, que cuentan con tres y dos investigadores por cada mil pobladores, respectivamente.Este medio publicó que el gasto de investigación científica (Ide) es otro de los indicadores con rezago. En 2016 (último estudio), México destinó 0.4% de su Producto Interno Bruto (PIB), mientras Japón y Estados Unidos invirtieron siete veces más.También se observa que el sector empresarial financió 19% de la Ide en México, contrario a lo que ocurre en los países desarrollados, en donde participan con 60% de lo destinado al rubro.Sobre el desarrollo tecnológico e innovación de México en un contexto internacional, entre 2013 y 2018 ganó lugares, pasando del sitio 63 al 56; sin embargo, perdió 16 escalones en eficiencia.INFORMES DE LA AUDITORÍA SUPERIORUno de los argumentos para desaparecer los fideicomisos federales tiene que ver con la falta de transparencia y el derroche de los mismos. En ese sentido, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) publicó que de las figuras jurídicas a cargo del Poder Ejecutivo, en 2018, se encontraron vigentes 19 fideicomisos públicos considerados como entidades paraestatales, los cuales contaron con disponibilidades al cierre de ese año por 42 mil 071.5 millones de pesos.También reportaron 335 actos jurídicos considerados como figuras no paraestatales, con 878 mil 717.6 millones, de los cuales 305 se encuentran en operación y 30 en proceso de extinción o terminación.Con motivo de la fiscalización de la Cuenta Pública 2018 se realizaron 80 auditorías; de éstas, 14 se enfocaron en fiscalizar su gestión financiera, con 97 acciones emitidas, cuyos hallazgos principalmente se refieren a la mala rendición de las cuentas y por los incumplimientos en los procesos para disponer y aplicar los recursos.En las 66 auditorías restantes en las que se revisó la aplicación de los recursos por parte de los ejecutores del gasto, se emitieron 578 acciones, las cuales obedecieron a 38 incumplimientos en los procesos de adjudicación de contratos para obras de adquisición de bienes y servicios, así como a los propios contratos.En la auditoría 12, de 14 en total, se evaluó el Fondo Sectorial Conacyt-Sener Hidrocarburos, en el que encontraron recursos “ociosos” por dos mil 311.5 millones, “ya que no se han asignado a proyectos, por lo que se incumple el objetivo de apoyar las actividades de investigación científica, el desarrollo tecnológico e innovación, entre otras”.Mientras que el Fondo Sectorial Conacyt-Sener Sustentabilidad Energética, autorizó 26 y ocho proyectos mediante el Comité Técnico y de Administración, por dos mil 393.4 millones y 623.7 millones, respectivamente, sin que “al cierre de la auditoría (noviembre 2019), se formalizaran los convenios de asignación de recursos, ya que la actual administración federal consideró necesario revisar la alineación de los proyectos con la nueva política energética”. Ambos están dentro de los 65 fondos de ciencia que están por desaparecer.Los fideicomisos se han constituido en la administración pública desde 1941. Entre sus finalidades han administrado bienes, servicios públicos, garantías, rescate de bancos, infraestructura pública y para asegurar pensiones y fondos de ahorro. También para el diseño de mecanismos financieros en los que se comprometen ingresos futuros para pagar pasivos, como fue el rescate de las concesiones carreteras o para solventar la falta de recursos para infraestructura dañada por los desastres naturales.Dentro de esas figuras jurídicas se encuentran los fideicomisos considerados como entidades paraestatales y los fideicomisos, mandatos y contratos análogos que no se consideran entidades paraestatales. También los que se encuentran en las entidades paraestatales tienen un control más preciso de sus ingresos y los gastos, ya que están obligados a reportarlos en el Presupuesto de Egresos de la Federación y en la Cuenta de la Hacienda Pública Federal.Mientras que las que no se consideran entidades paraestatales en el Gobierno federal, hasta el año de 2007 se encontraban en la opacidad. Aunque a partir de la Cuenta Pública 2008 de la Federación se publicaron los ingresos, los egresos, las disponibilidades y el cumplimiento de metas, el uso de sus recursos no está sujeto a una planificación de los montos, ni de los conceptos ni de las fechas en las que deban ejercerse, de la que se pueda verificar el cumplimiento.Por lo anterior, la utilización de las figuras no paraestatales ha permitido a las diversas instancias de los tres Poderes disponer de recursos públicos sin vigilancia y supervisión por parte de los órganos de control. La Auditoría ha identificado que esas figuras significan un área de alto riesgo en las tareas fiscalizadoras, por lo que, desde el inicio de su gestión, con la revisión de la Cuenta Pública 1999, se han realizado alrededor de 582 auditorías a las figuras o los conceptos financiados con recursos de su patrimonio.Distintos especialistas coinciden en que la extinción de los fideicomisos públicos federales, con o sin estructura orgánica, podría generar problemas legales al Gobierno.El ministro en retiro José Ramón Cossío, remarcó que es importante que la extinción de los contratos se realice conforme a los pasos que establecen las leyes.Sobre los señalamientos por la falta de transparencia y discrecionalidad en el manejo de los fideicomisos, opinó que se pudo arreglar mediante los procedimientos individuales y judiciales, además de generar las responsabilidades correspondientes hacia los que utilizaron los fondos de mala manera.Por su parte, Raúl Rodríguez, del Departamento de Economía, Administración y Mercadología del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), agregó que los fideicomisos se fueron creando con el objetivo de comprometer proyectos de más largo plazo, ya que el presupuesto federal se tiene que validar cada año.“Puedes disponer de los recursos y se pueden tener allí muchos años, pero al mismo tiempo no hay transparencia y se genera conflicto”. Por ese motivo, consideró que vale la pena que las iniciativas se discutan por muchos años y demuestren que valen la pena estar en los presupuestos anuales.Prometen no afectarSigue #DebateInformador, participa en Twitter en el debate del día @informador¿Qué opina del apoyo del Gobierno a los proyectos tecnológicos?JL