El Caribe Mexicano, ese edén en nuestras tierras, conjuga maravillas más allá de sus playas de arena de luna desmenuzada y mares donde el azul se descompone en todas sus tonalidades posibles. El Caribe es más que sus manglares, cenotes y santuarios mayas ocultos en los tremedales de la jungla: Quintana Roo ofrece una gama de experiencias turísticas para cada gusto, exigencia y edad. Y sobre todo, para las familias. En pleno Cancún, dentro de la plaza comercial La Isla, y encarando la inmensidad estática de la Laguna del Amor, el Interactive Aquarium Cancún es una visita obligatoria no sólo para las familias que buscan una interacción directa con los animales marinos, sino que además lo hacen de una manera responsable con la naturaleza. El Interactive Aquarium ofrece una experiencia inolvidable de nado y show con delfines, los cuales fueron entrenados y cuidados por expertos. Los delfines vocalizan, hacen piruetas en el aire, saludan y se despiden con sus aletas: cada delfín responde a su propia sonoridad, lo que equivale a un nombre en el mundo humano. Al final de la experiencia, los entrenadores dan unas palabras de concientización sobre el delicado panorama de la biología mexicana, sus mares frágiles, y sus animales en peligro de extinción. El acuario cuenta, además, con un programa de conservación de ajolotes, dispuestos en unas peceras especiales donde todo su ciclo de vida queda documentado en tiempo real: es posible ver a las larvas de estas salamandras acuáticas colgando como péndulos de las algas y las plantas marinas, para luego contemplarlas en la plenitud de su adultez, inmóviles y sonrientes, y con sus características ramificaciones que emergen de su cabeza como un penacho azteca.A los niños, asesorados por expertos, también les será posible acariciar pepinos y estrellas de mar, y rayas dóciles que se escurrirán entre sus dedos como gelatina. Sin duda, Cancún es un misterio aguardado a ser explorado y recorrido; es un destino irrepetible para las familias de México.La noche de Cancún no sólo es para los adultos en sus centros nocturnos y discotecas babilónicas, sino también para las familias. En Cancún se vive la fiesta, sí, pero hay una que se distingue entre todas, pues no sólo es la fiesta de un show internacional, sino uno de renombre: “JOYÀ” del Cirque du Soleil en Vidanta Riviera Maya. Se trata de un espectáculo único en su tipo, por ser el primer espectáculo fijo en México. Fue creado exclusivamente para Vidanta Riviera Maya, y sigue siendo, al día de hoy, el único en el mundo que ofrece una experiencia gastronómica durante el show. “JOYÀ” conjuga la realidad y la fantasía, la ciencia, la música y el amor, y dispone de todos los recursos de su escenario; veremos a los trapecistas jugar con su anatomía en todas las posibilidades que ofrece el cuerpo humano, animales marinos y terrestres aparecerán de pronto entre las filas de los espectadores; de algún modo incomprensible, los actores nadarán en el aire, y uno se sentirá, por unos instantes, como si de verdad estuviera bajo el agua. Cabe señalar que “JOYÀ” del Cirque du Soleil consiente a sus espectadores con alimentos exquisitos, y amenidades pensadas para los niños. Es una experiencia imperdible y totalmente familiar. A 74 kilómetros de Cancún se encuentra Xenses, un parque que desentona con lo que parece típico de Quintana Roo, pero no en un sentido peyorativo, pues ese es su propósito: Xenses juega con los sentidos. Es un lugar entre la selva maya donde hasta la misma lógica de la gravedad pierde su fundamento. En primer lugar, no hay un camino definido o marcado: queda al libre albedrío de los visitantes explorar el parque a través de sus diversos pasadizos que convergen entre sí. Los viajeros recorrerán la calle fantástica de un típico pueblo mexicano, donde abajo es arriba y arriba es abajo, donde caminar de frente implica sentir que caes, pero de espaldas, donde mirar hacia atrás da la sensación de que te precipitarás no al vacío, sino dentro del cielo. Xenses desafía a los viajeros con laberintos de espejos e ilusiones ópticas, pasadizos oscuros donde el oído humano intensifica sus funciones para lograr hallar el camino en la negrura, y artimañas panorámicas, donde uno duda de si lo que tiene frente a sus ojos es verdadero. Pero también hay lugar para las emociones extremas: uno de los puntos fuertes del parque es el vuelo de pájaro, en el que los visitantes, colgados de una tirolesa, vuelan con los brazos abiertos por encima de los árboles y la frondosidad de la selva de Quintana Roo. Además, los visitantes tienen la oportunidad de flotar bocarriba en un río lento que serpentea entre las cuevas profundas, de bañarse en lodo, de experimentar cómo la temperatura cambia conforme uno va penetrando las entrañas de la tierra. Al final, como un hombre que encuentra el oasis después de explorar el mundo, el recorrido termina en una explanada al aire libre donde hay una alberca termal, y donde el aire resplandece con un espectáculo de burbujas. La gran joya de Xenses es que todo cambia cuando cae la noche. HOSPEDAJEDe pie, ante el horizonte estático de sus playas, el viajero se dará cuenta de que todo lo que creía conocer del color azul era erróneo y que en el Mar Caribe el azul es un infinito de posibilidades. La arena de Cancún, blanca como polvo lunar, forma dunas mansas donde se proyectan las abanicadas de las palmeras, y donde las nubes se detienen en un tiempo suspendido. En este paraíso, una opción de hospedaje para toda la familia es el Hotel Generations Riviera Maya -ubicado en la carretera Tulum - Cancún Km. 45-, un resort todo incluido.Este hotel es un complejo turístico que a su vez comprende el parque acuático Aqua Nick, basado en los personajes de Nickelodeon. Tiene piscinas privadas en lugar de balcones, todas con vista al océano. Además, los padres de familia podrán disfrutar de albercas enormes, de masajes y de sesiones de yoga y spa, mientras los niños se divierten en actividades específicas para su edad, cuidados por expertos. Para aquellas familias que buscan emociones más fuertes, el hotel pone al alcance de sus visitantes canoas con las que es posible adentrarse en las olas de aguamarina del Caribe. La gastronomía es otro de los puntos fuertes del complejo, ya que cuenta con restaurantes que sirven delicias de la cocina mexicana, griega, japonesa e italiana.Por su parte, Aqua Nick es una fantasía hecha realidad para los amantes de las caricaturas. Padres e hijos se pueden deslizar por los distintos toboganes y flotar a la deriva a través de un río lento que recorre todo el parque. Los restaurantes, ambientados con la temática de Bob Esponja, son un sueño para los más pequeños, y ofrecen un menú sencillo: pizzas, hamburguesas y comida japonesa.
