El pasado 18 de diciembre, José Manuel Silva, de 44 años, comenzó con molestias en la garganta y tos. Fue al doctor porque pensaba que era gripe, por lo que éste le recetó un antibiótico. Sin embargo, el cuadro clínico empeoró y el 25 de diciembre ya no se podía levantar de la cama. Su esposa, Genoveva Andrade, decidió llevarlo al hospital.“Vivimos en Tonalá. Me lo llevé al Hospital de Zoquipan porque me dijeron que allí estaban recibiendo a los pacientes con síntomas de COVID-19. Traía muy baja oxigenación. Aunque me subrayaron que necesitaba la hospitalización, me respondieron que no tenían lugar. Entonces me mandaron al Hospital Civil”, comparte.Afirma que en el Civil ni siquiera lo dejaron acercarse y le tomaron el oxígeno en la entrada del sitio.Ese día visitó más de 10 hospitales en la ciudad, entre públicos y privados, “y en ninguno lo podían hospitalizar porque estaban llenos”.Sostiene que tampoco le ofrecieron hacerle la prueba para confirmar que tenía el virus y en las líneas del Sistema Radar nadie le contestó.Tras los rechazos, su esposo se recupera en su casa con ayuda de oxígeno.Entre el 13 de octubre y el 23 de diciembre, se alargó el promedio de días para la accesibilidad hospitalaria en la ciudad; es decir, el tiempo entre la fecha de los síntomas y el ingreso al hospital empeoró para habitantes de los municipios metropolitanos, según el reporte “Tiempo de atención hospitalaria ante el COVID-19”, elaborado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).Los municipios donde se accede a una hospitalización más rápida son Guadalajara, Zapopan, Acatlán de Juárez y Zapotlanejo, pero con un promedio de tres a 3.7 días. En donde empeora el tiempo es en el resto: en Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, El Salto y Juanacatlán el promedio es de 3.8 a 4.4 días.El Gobierno federal reporta una docena de hospitales en Jalisco en color “rojo”, por encontrarse en el nivel más alto de ocupación con pacientes con COVID-19.Se solicitó una entrevista con la Secretaría de Salud en el Estado, pero no respondió.Genoveva Andrade recuerda que la salud de su esposo José Manuel Silva empeoró y comenzó a sospechar que en vez de una gripe tenía COVID-19. Tras cinco días con síntomas como dolor en la garganta y tos, el 24 de diciembre decidió marcar a la línea estatal para conseguir una prueba, pero “nadie le contestó”.“Quizá por las fechas, pero sí estuve haciendo llamadas en diferentes horarios y jamás contestaron. Al siguiente día mejor lo llevé al hospital”.Asegura que primero fue al Hospital de Zoquipan, pero le dijeron que estaba lleno y lo mandaron al Hospital Civil. En ese lugar le tomaron una radiografía de los pulmones.“En ese momento lo dieron de alta porque no tenía los pulmones tan saturados de flemas. Duró como dos horas. Lo atendieron porque su oxigenación estaba en menos de 80 y le recomendaron hospitalizarse, pero que se fuera a su casa. Quizá porque había personas más graves”.Como lo veía igual de mal, fue a varios hospitales particulares, pero estaban llenos. Acentúa que en uno le pidieron 150 mil pesos para internarlo, pero que de todas maneras no había cupo. También recurrió a dos unidades de la Cruz Verde, aunque tampoco le encontraron un espacio. En su desesperación, se acordó del Hospital Ángel Leaño, reconvertido para recibir a personas con el virus.“Pero una mujer que estaba de guardia me comentó que ya no atendían a pacientes con COVID-19, que sólo entregaban cuerpos. Estábamos muy desesperados. Y como lo traíamos en el carro, con esa peregrinación, otra de mis cuñadas consiguió un enfermero y le pusimos un suero para estarlo hidratando”.Destaca que no lo llevaron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) porque no es derechohabiente, y como no encontraron hospital, se quedó en su casa. Menciona que desde el 26 de diciembre le colocaron oxígeno, por lo que mejoró a finales del año.Apunta que solamente del Hospital Civil de Guadalajara les marcaron para darle seguimiento y proporcionarle indicaciones. “Se levantaba al baño y llegaba agitadísimo... se veía mal”.Ella cuenta lo sucedido porque Manuel no podía hablar debido a la baja oxigenación.En los últimos días aumentó la cifra de personas hospitalizadas por COVID-19 en la Entidad. Sin embargo, la Secretaría de Salud en Jalisco (SSJ) aseguró que tiene una política de “cero rechazo”, por lo que no habrá inconveniente si una persona requiere de la atención médica.“En caso de tos persistente, dificultad respiratoria, fiebre que no cede o que la oxigenación en sangre disminuya, debe acudirse a la Unidad de Urgencias del hospital más cercano y no esperar una prueba confirmatoria”, recomienda la Secretaría.Guadalajara: 2.8 a 3.6 días. Zapopan: 2.8 a 3.6 días. Tonalá: 2.8 a 3.6 días. Tlaquepaque: 2.8 a 3.6 días. Tlajomulco: 3.7 a 4.4 días. El Salto: 3.7 a 4.4 días. Zapotlanejo: 2.8 a 3.6 días. Juanacatlán: 2.8 a 3.6 días. Acatlán de Juárez: 2.8 a 3.6 días. Ixtlahuacán de los Membrillos: 3.7 a 4.4 días.Guadalajara: 3 a 3.7 días. Zapopan: 3 a 3.7 días. Tonalá: 3.8 a 4.4 días. Tlaquepaque: 3.8 a 4.4 días. Tlajomulco: 3.8 a 4.4 días. El Salto: 3.8 a 4.4 días. Zapotlanejo: 3 a 3.7 días. Juanacatlán: 3.8 a 4.4 días. Acatlán de Juárez: 3 a 3.7 días. Ixtlahuacán de los Membrillos: 4.5 a 5.4 días.Fuente: Conacyt.Los tanques de oxígeno medicinal y los concentradores comenzaron a escasearse en la Zona Metropolitana de Guadalajara, ya que en varias tiendas se constató que solamente había tanques pequeños y los concentradores están agotados.Genoveva Andrade relata que le fue muy difícil conseguir tanques de oxígeno para su marido José Manuel Silva. El 26 de diciembre, puntualiza, obtuvo la mitad de un tanque, pero la oxigenación del hombre solamente subía hasta 82.Y el 29 de diciembre, tras publicar en varios lados y pedir ayuda a sus seres queridos y conocidos, logró obtener un tanque lleno, con lo que mejoró la oxigenación de José Manuel.En total, recalca que han gastado alrededor de 10 mil pesos, con todo y medicamentos. Y eso que el tanque lo compraron en cinco mil 600 pesos, que fue lo más barato que encontraron.“Para alguien que no está listo ni preparado para una enfermedad es elevado el gasto... ahora imagina alguien que no tiene ni para las pastillas, cuando normalmente ese tanque de oxígeno no pasa de mil 200 pesos”.Agrega que no es verdad que en los hospitales están recibiendo a todos los enfermos.“En la banqueta del Zoquipan no nos dejaban ni pasar. Les dije que traía un paciente, pero no nos dejaron bajar del carro. En la calle nos tomaron la oxigenación… y en la Cruz Verde fue lo mismo. Decían que sí ocupaba hospitalización, pero no tenían lugar”.De acuerdo con información preliminar que el Organismo Público Descentralizado Servicios de Salud respondió por Transparencia, cinco de cada 100 decesos por el virus ocurrieron fuera de los hospitales públicos y privados. Sin embargo, la estadística tomó como referencia hasta agosto. Una de las principales recomendaciones de expertos es revisar constantemente que la saturación del oxígeno no baje de 90.Con la actualización del pasado 23 de diciembre para Jalisco, en el reporte “Tiempo de atención hospitalaria ante COVID-19”, elaborado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se indica que para los habitantes de la mayoría de los municipios, el promedio estatal de accesibilidad hospitalaria es de cuatro días, tomando como referencia el tiempo entre la fecha de los síntomas y el ingreso al nosocomio.En la primera categoría, conformada por las demarcaciones con un promedio de atención menor a tres días, hay 17 municipios en Jalisco, aunque ninguno en la zona metropolitana. Algunos son Tapalpa, Amacueca, Atemajac de Brizuela y Chiquilistlán.En el promedio de tres a 3.7 días hay 61 municipios, como Tequila, El Arenal, San Miguel El Alto, Tepatitlán, Arandas, Jocotepec, Chapala y Poncitlán.Y de 3.8 a 4.4 días hay 40 municipios, como Puerto Vallarta, Tomatlán, Villa Purificación, La Huerta, Santa María del Oro, Quitupan, Tamazula de Gordiano, Valle de Juárez y Zapoltitic.Hay seis municipios que ya entran en una etapa de alerta, con un promedio de atención de 4.5 a 5.4 días, que son Cabo Corrientes, Casimiro Castillo, Ixtlahuacán de los Membrillos, Techaluta de Montenegro, Tuxpan y Unión de San Antonio. Mientras que San Diego de Alejandría es el municipio con peor accesibilidad, con un promedio de atención de 5.5 a 8.9 días. De acuerdo con el análisis, la velocidad de respuesta del personal médico, al igual que las capacidades de atención hospitalaria e infraestructura, influyen en la dinámica de la propagación del virus SARS-CoV-2, así como la probabilidad de las complicaciones en los pacientes, “que a su vez conlleven a un aumento en el requerimiento de cuidados intensivos y la saturación de las capacidades hospitalarias”.Por ese motivo, se indica que es importante identificar tiempos de atención hospitalaria, la accesibilidad y la respuesta en las unidades de salud que atienden pacientes con el COVID-19. “Este material sirve como apoyo en la toma de decisiones y en el diseño de las estrategias encaminadas a la administración de recursos hospitalarios, como personal médico, número de camas, número de camas en cuidados intensivos y respiradores, entre otros”.Los datos se generan con base en la residencia del paciente. “El indicador permite cuantificar la accesibilidad hospitalaria y contempla diversos factores, como la facilidad para llegar a una unidad médica, proximidad y comportamiento social”.Sigue #DebateInformador, participa en Twitter en el debate del día @informador¿Qué opina del trabajo de las autoridades durante la pandemia?JL