Desde que en 2010 la Secretaría de Salud comenzó a regular la venta de antibióticos en las farmacias, requiriendo la receta de forma obligatoria para reducir la automedicación, las empresas comenzaron a abrir consultorios anexos para que las personas fueran atendidas por médicos, se les expidiera una receta y pudieran comprar sus fármacos. Desde entonces, la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios en Jalisco (Coprisjal) ha recibido dos mil 65 avisos de funcionamiento, de los cuales mil 94 se presentaron de 2015 a 2017; es decir, en los últimos tres años, en promedio se ha abierto un consultorio al día. “Es un negocio rentable. En la Convención de Pediatría decían que, en general, han perdido casi 40% de su consulta privada por estos consultorios… ahora las mamás agarran al niño y se van a un consultorio anexo y nada más les dan su receta para que les surtan al otro lado”, comenta Dagoberto García Mejía, comisionado de la Coprisjal. Sin embargo, puede haber riesgos. En 2017 se documentaron 29 sanciones administrativas y nueve económicas por no llevar un expediente clínico en forma y por contar con médicos pasantes (no titulados), principalmente.En 2010, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios indicó que ningún antibiótico podría ser vendido sin previa prescripción médica, obligando a las farmacias a llevar un control de sus ventas.Esto, con la finalidad de disminuir el riesgo de resistencia antimicrobiana, debido a la automedicación, la cual puede llevar a complicaciones graves al paciente, ya que su tratamiento será mucho más difícil.“Aquí me cobraron 35 pesos. Si voy a otro lado me cobran más caro y no queremos ir al IMSS a formarnos como cinco horas por una gripe que trae mi muchacho. Aquí me atendieron bien y rápido”, comenta María, mientras salía de un consultorio anexo a una farmacia, que se encuentra en avenida Colón.Ella y otras personas, tanto en redes sociales como presencialmente, manifiestan que prefieren acudir a este tipo de establecimientos por un cuadro básico de enfermedad, ya sea gripe o alguna infección, porque es barato, rápido y se sienten bien atendidos.Durante un recorrido por este tipo de consultorios, los cuales, comúnmente, piden que se surtan los medicamentos recetados en la farmacia anexa, se pudo observar que las personas esperan unos 10 minutos para ser atendidas y que las consultas duran alrededor de 15 minutos, lo cual agrada a los usuarios.“Muy buena atención, los médicos que atienden saben lo que hacen y el tratamiento es adecuado. Es mejor que el IMSS y el Seguro Popular. Cobran barato, yo creo por la cantidad de gente que es, pero es mejor pagar que atenderse en el IMSS por enfermedades leves”, acentúa Yeshúa, en una consulta hecha en redes sociales.Sin embargo, los expertos señalan que no deja de ser un negocio, incluso Dagoberto García Mejía, titular de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal), señala que han detectado que “la prescripción de recetas va muy enfocada en aumentar las ventas de medicamentos de la farmacia y que, además, no los establecen dentro del expediente clínico”.Esto ha llevado a muchos consultorios a ser sancionados administrativamente. Ante ello, Juan Víctor Manuel Lara Vélez, coordinador de la Licenciatura de Médico Cirujano y Partero de la Universidad de Guadalajara, asegura que el sistema de salud pública debe robustecerse, con la finalidad de cumplir con la demanda de la atención en el primer nivel, ya que en los últimos años se le ha apostado sólo al segundo y tercer niveles de atención.“Si existiera un sistema de salud más fortalecido para cumplir la demanda de todos los habitantes, no serían necesarios estos consultorios. Pero, obviamente, sería con un sistema de salud primaria, fortalecido, para que pudiera dar un verdadero cumplimiento al derecho a la salud, el cual es constitucional”.Según datos del Inegi, en 2016 había 10 mil 109 médicos en el sector público, de los cuales cuatro mil 87 eran generales (40.42%), mientras que seis mil 22 eran especialistas (59.57%).La División de Disciplinas Básicas para la Salud del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) realizó una investigación sobre las condiciones laborales bajo las que trabajan los médicos en los consultorios anexos a farmacias, en la que se pudo detectar que el 84% no tiene ningún tipo de prestación y que los sueldos son sumamente bajos para un médico.“Esta investigación se hizo con la finalidad de ver cuáles eran las características de los médicos que laboraban en estos consultorios, sus condiciones laborales y, en términos generales, si se sentían satisfechos en cuanto a su trabajo. Para esto, se entrevistaron a 50 médicos de diferentes cadenas de farmacias, sólo en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, recuerda Eduardo Gómez Sánchez, director de la División.En los resultados se pudo observar que el 64% de quienes laboran en estos establecimientos son egresados de la Universidad de Guadalajara (UdeG), seguidos por los que estudiaron en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), que representan un 26%, mientras que un 6% salieron de Lamar y el resto provienen de otros Estados del país.Los médicos que trabajan en los consultorios anexos son, en su mayoría, recién egresados, que “lo ven como una fuente rápida de ingreso y un trabajo temporal”, destaca Gómez Sánchez. Sin embargo, el ingreso es sumamente bajo, ya que va de los tres mil a los ocho mil pesos, mientras que un médico general que trabaja en la Secretaría de Salud recibe alrededor de 15 mil pesos.El 66% de los entrevistados manifestó tener un contrato, que regularmente es por menos de un año, y en el 64% de los casos se estipulaba un salario base más una comisión por las medicinas recetadas en las consultas. “Esto es interesante porque pudiera orientar al médico a que prescriba cierto número de medicamentos y eso limita su libertad”.A pesar de lo anterior, el 74% de los empleados de estos consultorios señala que está conforme con su trabajo y que lo recomendaría, ya que es una buena oportunidad de emplearse inmediatamente después de egresar.Sin embargo, para Gómez Sánchez estas condiciones laborales no deberían existir para los médicos, quienes pasaron seis años en la facultad y se dedican a cuidar la salud de las personas, lo cual es una gran responsabilidad.“Las autoridades deberían sensibilizarse para que haya un mejor control y vigilancia”.En 2017, la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios en Jalisco realizó 277 verificaciones a consultorios anexos a farmacias, las cuales derivaron en 29 amonestaciones administrativas y nueve sanciones económicas. Así lo dio a conocer su titular, Dagoberto García Mejía.“Hemos estado manejando mucho fomento para que cumplan prácticamente con todo el fundamento legal para establecer sus funciones; es decir, que se cumplan todas las normas que corresponden a los consultorios, como la NOM-005 y la NOM-004. Con esto, ellos nos comprueban que llevan un buen manejo de la consulta y del expediente clínico, que generen un diagnóstico adecuado y una receta prescrita de una forma certera… y que no conlleve a alteraciones”.A partir de las normas, los verificadores de la Coprisjal acuden a los establecimientos a cerciorarse que cumplen con lo básico. Sin embargo, desde que inició su auge, en 2010, algunos de los dueños de los consultorios han sido omisos.Según García Mejía, muchos aún tienen comunicación con las farmacias, lo cual está prohibido porque éstas tienen una norma propia que las regula. Por otro lado, se han encontrado algunos que no tienen aviso de funcionamiento, que es un trámite que se hace ante la comisión.En temas mucho más delicados se ha detectado que estos consultorios no reportan enfermedades infecto-contagiosas, “lo cual es una obligación hacia la Secretaría de Salud en el tema de vigilancia epidemiológica”. Además, no se lleva un expediente clínico de los pacientes y que hay establecimientos en donde no tienen un médico titulado al frente sino un pasante, lo cual puede llevar a malas prácticas.El funcionario resalta que es importante que los pacientes estén al pendiente de qué se les receta y quién, ya que también se ha visto que los fármacos recomendados por los médicos que laboran en este tipo de establecimientos van encaminados en aumentar las ventas de la farmacia.“Los ciudadanos deben ser conscientes de si el médico está legalmente establecido, con título y cédula. Por otro lado, que siempre deben basarse en la referencia médica; es decir, en las recomendaciones. Y detectar si se les está dando algún medicamento que noten que sólo sea la venta a través de la farmacia”.En caso de detectar una anomalía debe ser reportada inmediatamente a la Coprisjal para que sea verificada, lo cual puede hacerse en el teléfono: 3030-5700.Una de las omisiones más comunes que tienen los médicos que prestan sus servicios en los consultorios anexos a las farmacias privadas es que no llevan un expediente clínico en forma, ya que muchas veces las personas sólo van por una ocasión, lo cual lleva a que algunas enfermedades crónico-degenerativas no puedan ser detectadas.“Para que tú puedas mandar a una persona al segundo nivel, implica una consulta más integrada. Porque yo quisiera pensar que el recurso humano que utilizan estos establecimientos es capaz de detectar los problemas de atención primaria en salud, pero como no se lleva un seguimiento adecuado del paciente, no se puede derivar al segundo o tercer niveles, porque no puedes detectar problemas como hipertensión o diabetes”, acentúa Juan Víctor Manuel Lara Vélez, coordinador de la Licenciatura de Médico Cirujano y Partero de la UdeG.Esto y que muchas veces el médico sea un recién egresado sin la experiencia necesaria puede llevar a una mala praxis, que es lo que la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios intenta evitar con sus revisiones aleatorias a estos establecimientos.De hecho, dentro de una encuesta en redes sociales, algunos usuarios manifestaron haber tenido malas experiencias en algunos de estos consultorios, como es el caso de Joel Nava, quien remarca: “Mi señora fue a consulta porque le dolía el hipocondrio derecho y le dijo el doctor que era infección en el estómago. A las dos horas el dolor proseguía y la lleve al Hospital General de Occidente de Zapopan, pero era el apéndice a punto de reventarle”.Rocío comparte otra historia: “A un familiar le recetaron un medicamento con la indicación de tomarlo cada ocho horas, pero se agravó considerablemente su estado de salud hasta llevarlo a hospitalizar… allí le dijeron que esa dosis tenía que tomarse cada 24 horas”.Por eso, aseguraron los expertos, es mejor tener un médico familiar, que tenga un expediente médico completo, una buena exploración física, que ordene exámenes de laboratorio de forma periódica y, de ser necesario, que derive al paciente al segundo o tercer niveles de atención.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina del servicio que brindan los consultorios anexos a las farmacias privadas?Participa en Twitter en el debate del día @informador