Viernes, 26 de Abril 2024
Jalisco | Las banquetas son la base, en sentido literal y también en el figurado, de la fluidez y la comunicación urbana

El regreso de las banquetas...

Las banquetas deben compensar el desnivel entre las propiedades contiguas y entre éstas y la vía pública

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Bien se sabe, las banquetas son la pieza urbana básica que da trabazón y sentido al tejido de la ciudad. Su aparente sencillez conlleva, si se analiza un poco más su naturaleza, a un complejo conjunto de circunstancias que las convierten en lo que son. A veces para bien, a veces para mal.

Las banquetas, esas cintas de pavimento continuo que ligan las propiedades privadas (o públicas) alineadas en las calles y que separan, idealmente, el tráfico peatonal del automotor, están sujetas a una larga serie de condicionantes y circunstancias.

La topografía misma del terreno es su primera limitante. Las banquetas deben compensar el desnivel entre las propiedades contiguas y entre éstas y la vía pública. De allí que aparezcan con frecuencia desniveles, escalones y rampas de toda clase. Esto complica la primera condición que normalmente debe guardar una banqueta: su continuidad superficial para facilitar todas las modalidades de tránsito peatonal para diversos tipos de usuarios. Otro tema es el de los materiales con los que estén construidas, que deben ser durables, antiderrapantes y de aspecto homogéneo y agradable.
Con frecuencia las banquetas albergan postes, canalizaciones y registros para un buen número de instalaciones; lo anterior propicia otras tantas posibilidades de obstáculos para su libre utilización. El mobiliario urbano, bien o mal dispuesto, es otro tema que las atañe directamente. El acceso y la no debida permanencia de automóviles en las banquetas es otro tema que las problematiza.

El arbolado, adecuado y dispuesto correctamente, es un elemento de suma importancia, máxime si se consideran el clima de nuestra región, la contaminación, y la necesidad de promover la imagen urbana. Más allá de eso, la integración, cuando es posible, de áreas verdes, es una aportación significativa para el medio ambiente.
Si se hace una revisión mental de los anteriores puntos, nos daremos cuenta que el estado de las banquetas entre nosotros deja mucho que desear. Y, lejos de ser detalle nimio, esta situación es un elemento sumamente disruptivo y perjudicial en la convivencia citadina.

Las banquetas son la base, en sentido literal y también en el figurado, de la fluidez y la comunicación urbana. Son el principal lugar de intercambio vecinal, el encuentro entre lo público y lo privado. Su propiedad y dignidad, su amplitud y buen estado refuerzan por lo tanto esa base para la comunicación y para un adecuado entorno sobre el que las edificaciones de la ciudad se asienten.

En distintos frentes y municipios se ha venido trabajando con intensidad en la regeneración y mejora de las banquetas, particularmente en ciertas áreas centrales y emblemáticas. Es un buen avance respecto a la priorización de las políticas de movilidad, particularmente en lo que atañe a la mayoritaria e importantísima movilidad no motorizada. Recuperar las banquetas es recuperar la ciudad.


jpalomar@informador.com.mx

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