GUADALAJARA, JALISCO (13/MAY/2017).- El atropellamiento ocurrido anoche en Periférico y Puerto Guaymas, en donde murieron dos funcionarios de la Secretaría de Movilidad que hacían obras de balizamiento, involucró agravantes que superaron un protocolo de seguridad que ha sido suficiente para proteger al personal asignado a esos trabajos, aseguraron esta mañana voceros de la Policía Vial. El comisario de la corporación, Marco Antonio Castañeda Águila, aseguró el hecho se trata de la primera vez, al menos en lo que va de la administración, en que ocurre un accidente de este tipo mientras los empleados de la dependencia trabajan de noche en una avenida de la ciudad. "Tenemos el protocolo ya establecido", explicó el funcionario durante una rueda de prensa sobre los hechos, al garantizar que es suficiente con medidas como el uso de barreras de protección, la presencia de patrullas con los códigos encendidos y la distancia entre el área delimitada y el lugar donde trabaja el personal asignado a una obra. Y aunque dijo que están dispuestos a revisar estas medidas de seguridad para reforzarlas, insistió en que las circunstancias del accidente en la colonia Miramar rebasaron todas las precauciones. En concreto, insistió, el conductor responsable del atropellamiento conducía a velocidad excesiva y llevaba evidente aliento alcohólico; el comisario Castañeda admitió que estos datos deberán ser precisados por el Ministerio Público con base en peritajes. Al mostrar imágenes del lugar, el funcionario también subrayó que el conductor golpeó con su auto las barreras de protección, que, dijo, eran visibles a distancia, igual que las luces encendidas de la patrulla asignada; luego de esos obstáculos, todavía recorrió unos 20 metros antes de golpear a los hoy fallecidos. Pese a que durante la mañana un comunicado oficial de la Secretaría de Movilidad identificó al conductor detenido como chofer de la empresa Uber, el comisario de la Policía Vial subrayó que su corporación no sabe para qué compañía trabaja, ni tampoco si estaba en servicio o si estaba asegurado. Al policía vial Salvador Ramírez Madrigal lo sobreviven su esposa y dos niños, de uno y dos años de edad, mientras que al controlador de tráfico Ramón Villalobos le sobreviven cuatro hijos, de ocho a 24 años de edad. EL INFORMADOR / IVÁN GONZÁLEZ
