La relación entre los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala en septiembre de 2014 y Andrés Manuel López Obrador ha tenido altibajos a lo largo de diez años. Como dirigente partidista les ofreció solidaridad, como candidato les prometió investigar la desaparición, como presidente electo incluyó el caso como una de las 100 promesas de su gobierno, y ya en la presidencia les hizo albergar esperanzas de que por fin tendrían verdad y justicia para los 43 normalistas desaparecidos y sus familias. Pero todo indica que la relación terminará fracturada y en la absoluta desconfianza. Así se puede entrever después de que se conoció el informe que el presidente se comprometió a entregar a los padres y madres luego de su reunión el pasado 3 de julio. El informe está en manos de los familiares y de los abogados y organizaciones que los acompañan desde el 8 de julio y desde entonces lo están analizando y se espera que el próximo lunes den su postura ante el mismo. El texto fue publicado íntegro en el diario La Jornada el pasado 20 de junio bajo el nombre de “Primer reporte del Presidente de México sobre los jóvenes desaparecidos en Iguala de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero” (se puede leer aquí: https://cutt.ly/2ekUm2ef). Cabría esperar en un reporte sobre el paradero de los 43 estudiantes desaparecidos que el texto se centrara en explicar las acciones que se han llevado a cabo desde las distintas instancias del gobierno que participan en la investigación y búsqueda de los normalistas, pero apenas dedica a ello diez por ciento de las siete mil palabras que tiene de extensión.El resto del “primer reporte” es una larga diatriba en la que cuestiona y descalifica a algunos personajes como Emilio Álvarez Icaza y a la “pseudo periodista” Anabel Hernández, y otras organizaciones de derechos humanos, pero por su contenido, tiene como objetivo central exculpar a miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) del caso Ayotzinapa. El presidente López Obrador escribió: “(…) desde el principio de este lamentable caso, las autoridades de ese entonces buscaron, por diversos motivos, ocultar la verdad de los hechos, inventaron la llamada verdad histórica; posteriormente, con la complacencia o confabulación de supuestos defensores de derechos humanos de la llamada sociedad civil y de organismos internaciones como la OEA y agencias del gobierno de Estados Unidos, se involucró a quienes no participaron en la desaparición de los jóvenes, se dejó en libertad a quienes sí son responsables y al paso del tiempo empezaron a sostener sin pruebas que los culpables de esta infame tragedia no fueron las autoridades locales, estatales y municipales de Guerrero, ni la banda de delincuentes que operaba en esa región, totalmente coludidos con dichos funcionarios, sino que en este crimen, la culpa mayor recae en los soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional, con el manejo de la consigna de que fue el Estado y específicamente fue el Ejército Mexicano”.Casi al final del reporte, López Obrador dice que tiene la “hipótesis de que se quiere acusar al Ejército sin fundamento de los hechos de septiembre de 2014 en Iguala”. Esto contra evidencias en contrario aportadas por el GIEI, investigaciones periodísticas y de organismos internacionales que han probado la participación de elementos del ejército en la larga noche de Iguala que el 26 y 27 de septiembre de 2014 que se saldó con 43 normalistas desaparecidos, otros tres asesinados así como otros tres civiles fallecidos y cientos de heridos. Los padres presentarán su postura el próximo lunes, pero se puede anticipar que rechazarán el informe y probablemente significará la ruptura de la confianza y la relación con López Obrador. Los padres han dicho en meses recientes que parece ser que el actual gobierno está construyendo otra “verdad histórica” como la que hizo el gobierno de Peña Nieto y que rechazaron enérgicamente en su momento. Es lamentable que el gobierno de López Obrador esté terminando su gobierno sin cumplir con su promesa de encontrar verdad y justicia en el caso Ayotzinapa, y todo para encubrir a la Sedena. El reporte que entregó López Obrador a los padres es al mismo tiempo una evidencia de la extraña y estrecha relación que el presidente ha construido con los militares del país.