Era una pieza de repuesto, no más. Y terminó bateando una pelota por encima de las vías del tren para depositarla fuera de los confines del Minute Maid Park.La clavó en el corazón de Texas. Luego, soltó el bate, se dio un par de golpes en el pecho y batió un puño en el aire, mientras miraba hacia la cueva de los Bravos.Tres meses antes, bateaba para .192 en un equipo que estaba en el cuarto sitio de su división. Hace dos semanas, no podía jugar por haber contraído el COVID-19.Ahora, es la figura de la Serie Mundial y liquidó a los Astros de Houston para dar a los Bravos de Atlanta su primer título del Clásico de Otoño desde 1995.Jorge Soler, quien hace cinco años era un actor secundario en los Cachorros de Chicago que conjuraron la sequía de títulos de más de un siglo en la Serie Mundial, fue elegido ayer como el Jugador Más Valioso en la coronación de Atlanta, tras seis juegos frente a los Astros. “Muy emocionado y feliz en ser el segundo cubano MVP en la Serie Mundial”, señaló Soler.“Muy orgulloso de todo el conjunto, en la forma que jugamos. Cuando llegué aquí en cambio en julio junto con otros jugadores empezamos a ganar y nos dimos cuenta de que podíamos ser campeones”, agregó. MQ